Nada que hablar sobre Taiwan
Si hay algo que el Gobierno de China no va a permitir, ni de Estados Unidos ni de ning¨²n pa¨ªs con el que mantiene relaciones diplom¨¢ticas, sea lo poderoso que sea, es que se juegue a dos bandas con el asunto de la soberan¨ªa de Taiwan.
Para Pek¨ªn, la isla es una provincia rebelde a la que huyeron las fuerzas nacionalistas al ser derrotadas en la guerra civil, tras la cual Mao Zedong fund¨® la Rep¨²blica Popular en 1949. La existencia de una sola China, confirmada por Clinton, es requisito indispensable para que exista un acercamiento.
Washington ofreci¨® un visado para visitar Estados Unidos en 1995 al presidente de Taiwan, Lee Teng Hui, que cost¨® muy caro a los negocios estadounidenses en este pa¨ªs. Por poner un ejemplo, el consorcio europeo Airbus se hizo con un contra multimillonario para fabricar aviones de 100 pasajeros en China. Y el a?o siguiente, Estados Unidos mand¨® una flota de guerra a la zona en apoyo de Taiwan, cuando China realiz¨® unas maniobras militares frente a las costas de la isla, en v¨ªsperas de la celebraci¨®n de las primeras elecciones presidenciales democr¨¢ticas en la provincia rebelde.
Adem¨¢s, Estados Unidos y Jap¨®n acaban de revisar un acuerdo sobre cooperaci¨®n militar, cuyo alcance no ha quedado muy claro a las autoridades chinas, que sospechan la intenci¨®n de ambos de abarcar en el mismo las aguas que rodean Taiwan.
Todo ello, cuando la m¨¢xima aspiraci¨®n de China es su reunificaci¨®n con la isla, adaptando la teor¨ªa de "un pa¨ªs, dos sistemas", que repiti¨® con insistencia en los foros internacionales cuando se produjo la vuelta de Hong Kong a su soberan¨ªa el pasado 1 de julio.
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