Las obras que transformar¨¢n el Cl¨ªnico en un hospital de lujo eliminan 600 camas
El hospital Cl¨ªnico de Madrid est¨¢ inmerso en una profunda reforma, que le permitir¨¢ afrontar el siglo XXI convertido en un centro sanitario de lujo, aunque con 600 camas menos (antes del inicio de las obras, a finales de 1995, contaba con unas 1.600). Un tercio de las instalaciones de este centro sanitario, que mueve un presupuesto de 3 1.000 millones y dispone de una plantilla de 5.000 trabajadores, est¨¢ hoy afectada por las obras y es pasto de las piquetas y el mazo. De aqu¨ª al a?o 2000, el Insalud, su due?o, se va a gastar 4.553 millones -un 14% m¨¢s de lo previsto- en su remodelaci¨®n.El resultado de las gigantescas obras que hoy azotan la cara sur del hospital, y que en los pr¨®ximos meses se extender¨¢n progresivamente al resto de su estructura, ser¨¢ la p¨¦rdida de 600 camas, pero ganar¨¢ en suntuosidad y eficacia, destacan sus responsables. Mantendr¨¢ la fachada casi intacta, pero por dentro cambiar¨¢ todo, incluso la organizaci¨®n hospitalaria.
Las actuales habitaciones de hasta seis camas se extinguir¨¢n: como mucho, habr¨¢ dos enfermos por habitaci¨®n, que dispondr¨¢n de televisi¨®n y tel¨¦fono. Como alternativa a la supresi¨®n de camas, el Cl¨ªnico potenciar¨¢ la asistencia domiciliaria y construir¨¢ dentro del actual edificio salas especiales conocidas como "hospitales de d¨ªa", seg¨²n un responsable de este centro.
El Cl¨ªnico fletar¨¢ autobuses para que los pacientes leves puedan dormir en sus casas
El Insalud asegura que la reducci¨®n de 600 camas no mermar¨¢ la eficacia asistencial. "Un millar de camas ser¨¢n suficientes para atender a nuestros pacientes", destaca un directivo del Cl¨ªnico, hospital de referencia del ¨¢rea 7 (que atiende los distritos de Latina, Chamber¨ª y Centro, con 570.000 habitantes).?C¨®mo es posible reducir 600 camas sin que aumente la lista de espera? La respuesta, sostiene el Insalud, radica en las nuevas tecnolog¨ªas m¨¦dico-quir¨²rgicas, menos cruentas, que permiten. una reducci¨®n progresiva de los tiempos de hospitalizaci¨®n (el promedio est¨¢ hoy en 11 d¨ªas). "Si la patolog¨ªa no es grave, como sucede muchas veces, es preferible enviar al paciente a su casa, con su familia, y desplazarnos nosotros all¨ª cuando sea necesario. De esa forma, no habr¨¢ problemas de camas para los casos realmente graves", sostiene un portavoz del Cl¨ªnico.
La profunda reestructuraci¨®n, f¨ªsica y organizativa, que soporta hoy el Cl¨ªnico gira, pues, sobre el proyecto de potenciar la asistencia domiciliaria, desviar a los pacientes con patolog¨ªas cr¨®nicas a hospitales b¨¢sicos (un d¨ªa de estancia en el Cl¨ªnico cuesta 32.500 pesetas) y crear "muchos hospitales de d¨ªa": salas con unas 10 o 12 camas, dentro del mismo centro, en las que los pacientes ingresan por la ma?ana y se marchan a sus casas por la tarde.
Los desplazamientos de estos enfermos correr¨¢n por cuenta del hospital, que fletar¨¢ uno o dos autobuses sanitarios (de 20 plazas cada uno) para el traslado de los pacientes. En esos autobuses ir¨¢n "cuidadores", se?ala un portavoz del Cl¨ªnico. La otra posibilidad que permitir¨¢ reducir camas pasa por que el m¨¦dico del hospital visite al enfermo en su domicilio una vez dado de alta.
Pero no siempre ser¨¢ as¨ª. De hecho habr¨¢ enfermos que se queden ingresados aunque su afecci¨®n no lo requiera. Los facultativos estudiar¨¢n el entorno y disponibilidad familiar a la hora de decidir qu¨¦ hacen con el paciente. Quedarse en el hospital o seguir el tratamiento en casa, con visitas peri¨®dicas al hospital o desplazamiento al centro, ser¨¢ en muchos casos decisi¨®n del paciente.
Los responsables del Cl¨ªnico auguran que el descenso en la permanencia hospitalaria se ver¨¢ favorecido, adem¨¢s, por el inminente funcionamiento de las llamadas unidades interdisciplinar¨ªas. Esto es, equipos m¨¦dicos integrados por especialistas en procesos sanitarios afines. La idea es evitar que un enfermo "est¨¦ de mano en mano y de un lado para otro del hospital a expensas de que lo vea uno u otro especialista".
Las gigantescas obras que se acometen ahora en el Cl¨ªnico persiguen acoplar sus vetustas instalaciones (que datan de 1927) a esta nueva filosof¨ªa asistencial, que, adem¨¢s, tambi¨¦n se va a extender al resto de los grandes hospitales de Madrid.
Los espacios que se liberen con la amortizaci¨®n de las 600 camas se destinar¨¢n a otras tareas: "Salas para familiares, donde puedan disfrutar de una m¨ªnima intimidad, consultas de facultativos, ¨¢reas de investigaci¨®n". La inform¨¢tica, adem¨¢s, llegar¨¢ a las radiograf¨ªas.
De los 4.453 millones de inversi¨®n previstos hasta el a?o 2000, el a?o pasado se gastaron 452 millones (en julio se inaugur¨® el pabell¨®n B, oncolog¨ªa) y para este a?o (reforma del ala sur y norte; afecta a 400 camas) hay otros 2.000 millones.
Desde el sindicato de enfermer¨ªa (SATSE) se alaba la remodelaci¨®n en s¨ª, "pero no la forma en que se est¨¢ llevando a cabo". "Existe una gran sensaci¨®n de desorden", seg¨²n Teresa Sim¨®n, secretaria de acci¨®n sindical. "Las consultas", a?ade Sim¨®n, "se van cambiando de unas plantas a otras, con gran descontrol para pacientes y sanitarios", informa Fernando Neira.
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