Un gol con sabor a venganza
Luis Enrique celebra con entusiasmo su primer tanto ante su antiguo equipo
Hubo cinco goles, lo que ya es una barbaridad cuando de estos partidos se trata. Y el mejor fue el tercero, el del 2-1, el que fabric¨® en su totalidad Luis Enrique: suyo fue el robo de bal¨®n, suya, la elaboraci¨®n de la jugada, esquivando a cuanto madridista le sali¨® al paso, suyo, el terror¨ªfico zapatazo desde la frontal... Y suya, sobre todo, la celebraci¨®n desbordada. Porque Luis Enrique, lejano a esa moda instalada en el f¨²tbol espa?ol que proh¨ªbe festejar los goles marcados ante un antiguo equipo, celebr¨® su tanto con ganas: en cuanto con firm¨® que la pelota estaba en el fondo de la red, el ex madridista corri¨® como un poseso hacia una banda -tal vez consider¨® demasiado peligroso hacerlo hacie el frente, justo la zona de los Ultras Sur- y se desahog¨® a gusto: mirando a la grada y apretando sus pu?os con fuerza, avanz¨® lentamente por el lateral hasta que llegaron sus compa?eros y lo sumergieron. Probablemente no se dio cuenta de la gama de objetos que escupi¨® la grada, o puede que s¨ª; lo mismo tampoco escuch¨® c¨®mo el campo coreaba al un¨ªsono su nombre acompa?ado de un estridente insulto, o tal vez s¨ª. Pero le importaba poco. Nunca hab¨ªa recibido cari?o d¨¦ la hinchada madridista, casi al contrario, y su gol, una contestaci¨®n inmediata al empate de Ra¨²l, era la mejor forma de consumar la venganza ante tanto maltrato. Era su primer gol al Madrid des de que lo abandon¨®, su primer tanto en el Bernab¨¦u: Luis Enrique pens¨® que al fin hab¨ªa saldado las cuentas pendientes.Al principio, Luis Enrique trat¨® de dar una explicaci¨®n elegante de su celebraci¨®n, dedic¨¢ndosela simplemente a su afici¨®n actual, la azulgrana: "Pens¨¦ sobre todo en la gente de Barcelona, para quien se que es muy importante este tipo de cosas". Pero al final cedi¨® y confes¨® la parte de desquite que encerr¨® su gesticulante festejo: "Mi celebraci¨®n indica sin disimulo cu¨¢nta ilusi¨®n me hac¨ªa marcar en este campo. Ya no es s¨®lo, que nos pusiera por delante, que se produjera instantes despu¨¦s del empate de Ra¨²l, era marcar en el Bernab¨¦u".
Luis Enrique nunca ha sido un personaje querido entre el madridismo. Ni cuando estaba en la casa blanca y mucho menos cuando se fue a jugar con el equipo m¨¢s odiado. Por eso, el futbolista asturiano no se sinti¨® extra?o entre los insultos y los abucheos del p¨²blico del Bernab¨¦u: "Yo hago mi trabajo y si la gente que paga grita, pues que grite. De todas formas, en este campo estoy acostumbrado a estas cosas. Ya me pas¨® en mi ¨²ltimo a?o aqu¨ª. Digamos que mi estancia en el Madrid me sirvi¨® de pretemporada de lo que me podr¨ªa suceder cuando fichara por el Bar?a". Y a?adi¨®: "No me interesa lo que piense esta gente, yo estoy orgulloso de vestir la camiseta del Barcelona y de marcar un gol en el Bernab¨¦u".
A lo que no concedi¨® tanta importancia Luis Enrique fue al gol en s¨ª, a su ejecuci¨®n: "Fue un bal¨®n que rob¨¦ en su defensa, me intern¨¦ y dispar¨¦ con todo el alma. Creo que la pelota tropez¨® en un defensa, no lo s¨¦ seguro, pero da igual. La verdad es que sali¨® bastante bien y acab¨® dentro de la porter¨ªa".
Corte de mangas
M¨¢s que ning¨²n otro, al p¨²blico del Bernab¨¦u le hiri¨® el gol de Luis Enrique y su ep¨ªlogo. Prueba de ello es que reaccion¨® con mucha m¨¢s ira a ese tanto que al que cerr¨® el partido, el que anot¨® Giavanni, en el que apenas repar¨®. Y eso, que el brasile?o, lo celebr¨® con peor gusto: regalando sucesivos y visibles cortes. de manga a la grada.No fue un partido con un protagonista claro, pero si, a alguien puede adjudic¨¢rsele dicha condici¨®n es a Luis Enrique. Al menos a ¨¦l, con la venganza consumada, fue a quien la noche hizo m¨¢s feliz.
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