"Para los occidentales, la guerra de Espa?a es un hecho capital"
Dominique Lapierre es autor y coautor de un gran n¨²mero de best sellers, desde Arde Par¨ªs hasta El quinto jinete, desde Y llevar¨¢s luto por m¨ª hasta La ciudad de la alegr¨ªa. Varios de sus libros, muy a menudo una mezcla de relato hist¨®rico y reconstrucci¨®n period¨ªstica de los hechos, han sido llevados a la pantalla con ¨¦xito notable. Ahora acaba de publicar Mil soles (Planeta-Seix Barral), recopilaci¨®n de recuerdos y encuentros que Lapierre quiere compartir con sus lectores desde una perspectiva nueva: la de su labor como cruzado en la lucha contra la miseria en la India. Lapierre visitar¨¢ Espa?a la pr¨®xima semana para presentar su nueva obra.Pregunta. ?Qu¨¦ le ha llevado a cambiar su centro de inter¨¦s? Antes sus personajes eran De Gaulle, El Cordob¨¦s, Gandhi, lord Mountbatten, y ahora son los leprosos de Calcuta.
Respuesta. Para m¨ª, el h¨¦roe m¨¢s puro del planeta se llama Padmini: es una ni?a y ha cumplido ocho a?os. Cada d¨ªa se levanta a las cuatro de la madrugada y deja su barraca en un bidonville de Calcuta para ir a recorrer la v¨ªa del tren. Padmini recoge los trozos de carb¨®n que han ca¨ªdo de las locomotoras, en algunos casos se trata de carbones ardientes y se quema los dedos. Luego, su madre vender¨ªa ese carb¨®n en el mercado y, con el dinero obtenido, comprar¨ªa el arroz con que mantener a toda su familia. Padmini r¨ªe; es una criatura alegre que da vida a los dem¨¢s, que cada d¨ªa cumple un acto de hero¨ªsmo formidable sin darle la mayor importancia.
P. En cualquier caso, Mil soles saca su t¨ªtulo de un proverbio indio comparable al de "despu¨¦s de la tempestad siempre viene el buen tiempo", es decir, una idea de esperanza, pero la mayor¨ªa de los personajes que evoca en ¨¦l son gente que s¨®lo se siente vivir si lucha directamente contra la muerte.
R. Yo no hablar¨ªa de esperanza sino de fe. El proverbio indio completo dice: "Siempre hay mil soles m¨¢s all¨¢ de las nubes". Es verdad que una parte importante de la gente a la que me refiero ha desafiado a la muerte, ya sea frente a un toro, ya sea neg¨¢ndose a destruir una ciudad. Por poner un caso famoso, el de Caryl Chessman: este hombre es un ejemplo de lucha por la vida. Durante 12 a?os vivi¨® en el corredor de la muerte esperando que el verdugo cumpliese la sentencia. En ese tiempo, Chessman no s¨®lo se convirti¨® en un gran experto en cuestiones jur¨ªdicas, sino tambi¨¦n en otra persona y en un s¨ªmbolo de la lucha contra la pena de muerte.
P. ?C¨®mo consigui¨® el permiso para entrevistar a Chessman en San Quint¨ªn?
R. En esa ¨¦poca yo era tan s¨®lo un joven periodista de Paris-Match y el director me llam¨® a Saint Tropez, donde acababa de comprarme una peque?a casa, para decirme que intentase entrar en contacto con Chessman. A¨²n me veo en la cabina telef¨®nica de la plaza Mayor de Saint Tropez pidiendo a internacional el tel¨¦fono de San Quint¨ªn y llamando luego a esa c¨¢rcel. Es algo t¨ªpicamente americano; no tuve que pasar por ministros, polic¨ªas o gobernadores. En San Quint¨ªn bastaba con tener el visto bueno del propio Chessman.
P. ?Por qu¨¦ en Y llevar¨¢s luto por m¨ª escogi¨® a El Cordob¨¦s como s¨ªmbolo de la Espa?a moderna que romp¨ªa con el franquismo? A fin de cuentas, el torero era un invitado habitual de las cacer¨ªas de El Pardo.
R. Pero detr¨¢s de ¨¦l estaba la guerra civil, unos padres paup¨¦rrimos, anarquistas. Fusilado ¨¦l, muerta de miseria ella y ese hijo nacido en mayo de 1936 que era el beatle del toreo, un tipo que no ten¨ªa nada que ver con el hier¨¢tico Manolete, con el canon taurino, con toda esa rigidez imposible. A m¨ª los toros, las corridas de toros no me gustan, pero me apasionaba ese loco que se instalaba ante ese monstruo de 500 kilos y simulaba telefonear, que utilizaba sus cuernos como auriculares. El Cordob¨¦s era la materializaci¨®n o, mejor dicho, la encarnaci¨®n de la nueva Espa?a, de los sue?os de riqueza de un pa¨ªs. Todos los j¨®venes espa?oles conduc¨ªan el Mercedes de El Cordob¨¦s y para ellos Franco ya no era el general que les hab¨ªa derrotado en la guerra, sino un viejo que representaba el poder y algo que estaba condenado a desaparecer. A trav¨¦s de El Cordob¨¦s, y en colaboraci¨®n con Larry Collins, pudimos abordar esa guerra civil de una manera contempor¨¢nea. Para los occidentales, la guerra de Espa?a es un hecho capital, un hito hist¨®rico, una referencia.
P. Toda esa gente extraordinaria que desfila en Mil soles acaba empuj¨¢ndole a poner en marcha la Asociaci¨®n de Ayuda de los Ni?os Leprosos de Calcuta. ?Por qu¨¦ su asociaci¨®n es mejor o m¨¢s ¨²til que otras?
R. Mire, hace pocos d¨ªas Ted Turner don¨® una fortuna a la ONU. Yo s¨¦ qu¨¦ va a pasar con este dinero, es decir, que servir¨¢ para que los ricos sean m¨¢s ricos y los pobres m¨¢s pobres.
P. No todas las iniciativas de la ONU son desafortunadas...
R. No, claro que no, pero lo importante no es ¨²nicamente la intenci¨®n del gesto, sino el ser capaz de controlarlo hasta el final. El dinero que yo env¨ªo a la d¨ªa s¨¦ a qu¨¦ persona va a parar, c¨®mo va a ser utilizado, en qu¨¦ va a convertirse, que ni un franco va a despilfarrarse en gastos bancarios, que el cambio en rupias o d¨®lares ser¨¢ el m¨¢s favorable a la asociaci¨®n y que todo el dinero va a llegar a quienes lo necesitan, siempre y cuando demuestren que son capaces de servirse correctamente de ¨¦l.
P. Eso significa...
R. Significa que el pozo se har¨¢ en el terreno adecuado, pero ser¨¢ propiedad de todos, que un grupo se compromete a mantener en funcionamiento la bomba extractora y que musulmanes, hind¨²es, cristianos o budistas tienen los mismos derechos. Con los a?os se aprende. Al principio hay detalles que se te escapan. Por ejemplo, que en la India los ricos son quienes mejor saben desviar la ayuda internacional. Cuando envi¨¦ 10 bombas de agua funcionando con energ¨ªa solar cre¨ªa haber resuelto el problema de 10 poblados, pero en realidad s¨®lo seis de ellas serv¨ªan para lo que estaban previstas, pues las otras cuatro hab¨ªan ido al jard¨ªn de un maharaj¨¢ o sus paneles estaban cubiertos de arena.
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