Guerra por una universidad
Los dos due?os de un campus privado de Madrid se disputan su control
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La lucha de accionistas por controlar una empresa es algo habitual. Lo que convierte en poco corriente esta disputa es que la empresa posea una universidad privada, porque el nacimiento de estas instituciones es reciente y cualquier desequilibrio pone en cuesti¨®n las a¨²n poco rodadas normas que las rigen.
La batalla tiene lugar en un elegante campus situado en Villaviciosa de Od¨®n (Madrid), donde 7.200 alumnos cursan 21 titulaciones. All¨ª, en la Universidad Europea de Madrid (UEM), sus gestores pueden presumir de que los alumnos de Odontolog¨ªa hacen pr¨¢cticas con caros aparatos y los de Derecho simulan juicios bajo la batuta del magistrado de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n. A las puertas, una treintena de trabajadores despedidos hacen guardia diaria para advertir de que la universidad est¨¢ ahora en manos de la persona inadecuada, que ha habido 44 despidos en los ¨²ltimos meses y que la calidad de la ense?anza est¨¢ en peligro. La portavoz socialista de Educaci¨®n en la Asamblea de Madrid, Carmen Ferrero, pidi¨® el mi¨¦rcoles pasado una comparecencia parlamentaria para tratar este asunto.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando? La Universidad Europea de Madrid naci¨® en 1995, y su precedente es el centro universitario CEES, adscrito a la Complutense. Lo fundaron dos hombres pr¨®ximos a la antigua Alianza Popular: Luis Velasco Roa, de 59 a?os, empresario con una mancha en su historial por exportaci¨®n ilegal de moneda, y Julio Fidalgo Lobo, de 40 a?os, ex director de la fundaci¨®n C¨¢novas del Castillo. Ambos crearon esta universidad con un 46% de las acciones cada uno, y repartieron el 8% restante entre dos amigos. Ahora Velasco Roa es el administrador ¨²nico y se ha fijado 14 pagas al a?o de 6,2 millones netos, mientras que Fidalgo, quien sigue con el 46% de la empresa, ni pisa el campus ni cobra un duro, por lo que ha planteado batalla desde el exilio.
"No est¨¢ en venta"
En la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid, una portavoz comunic¨® a este peri¨®dico que todo est¨¢ en orden, que ni la calidad acad¨¦mica ha mermado ni ha habido cambios de titularidad en la empresa, ¨²nico supuesto por el cual deber¨ªa intervenir la Administraci¨®n.En efecto, el decreto de 1991 que rige las universidades privadas no establece controles especiales sobre la estructura empresarial como lo hace, por ejemplo, la ley de televisiones privadas. Cualquier empresario solvente puede fundar una universidad.
Fidalgo asegura que ya advirti¨® a los socialistas de lo inadecuado de la f¨®rmula. Est¨¢ de acuerdo su ahora enemigo Luis Cruz Miravet, secretario general de la UEM, que apoya con su 5% de acciones a Velasco Roa.
No ha habido cambios en la titularidad, pero el intercambio de querellas e insultos es el pan de cada d¨ªa en este recinto universitario. Un profesor expulsado ha denunciado a un directivo por agresi¨®n f¨ªsica, el comit¨¦ de empresa ha presentado dos conflictos colectivos, los gestores actuales acusan a Fidalgo de haber enloquecido por el ¨¦xito y al comit¨¦ de empresa de mezclar datos -s¨®lo reconocen seis despidos-, y, lo que es m¨¢s grave, una juez ha admitido a tr¨¢mite una querella de Fidalgo que acusa a Velasco, responsable de las finanzas desde el principio, de delito contra la Hacienda p¨²blica por declarar 850 millones menos de los ingresos. obtenidos en los ¨²ltimos cinco anos.
La UEM se ha edificado gracias a los cr¨¦ditos bancarios y, seg¨²n consta en el registro mercantil, su rentabilidad es "muy buena", pero su endeudamiento es "medio" y su tesorer¨ªa est¨¢ "degradada". Pero se ha convertido una m¨¢quina de hacer dinero: m¨¢s de 7.000 alumnos pagan una media de un mill¨®n de pesetas anuales.
La empresa ya arroja beneficios -800 millones el ¨²ltimo a?o, seg¨²n Fidalgo-, aunque no los reparte; est¨¢ valorada en 16.000 millones, y los sueldos se sit¨²an por encima de los habituales en el sector. "Todo lo cual prueba", dice una persona que intervino en el nacimiento de las universidades privadas, "que se est¨¢ cobrando por encima de lo que se necesita o de lo que se ofrece a los alumnos".
Tal como est¨¢n las cosas, tanto el comit¨¦ de empresa como los expulsados temen que Velasco busque el pelotazo. El lo niega. Dice que no vend¨¦, aunque "ha habido ofertas". La suya es quedarse con la parte de Fidalgo.
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