Italia aprueba un medidor de riqueza para cribar las prestaciones sociales
En un pa¨ªs como Italia donde los defraudadores al fisco o a la Seguridad Social derrochan imaginaci¨®n, el Gobierno est¨¢ obligado a responder con las mismas armas en su lucha contra la picaresca. La ¨²ltima e innovadora idea para frenar los excesos de los ciudadanos -y recortar de paso el gasto social-, aprobada hace unos d¨ªas por el Consejo de Ministros se llama popularmente ric¨®metro. Es decir, un medidor de riqueza que contendr¨¢, traducidos a puntos, los datos econ¨®micos de su portador.
El objetivo fundamental del ric¨®metro es limitar el acceso a las prestaciones sanitarias gratuitas y a otras ventajas del Estado de Bienestar a aqu¨¦llos que resulten demasiado ricos. Una comisi¨®n se encargar¨¢ de precisar ahora -el nuevo sistema no entrar¨¢ en vigor hasta el 1 de julio- la relaci¨®n entre ,"puntos" y prestaciones. La idea que inspira a los funcionarios que deber¨¢n fijar estos baremos, es la de reservar a los que verdaderamente lo necesitan el uso de los servicios sociales previstos para ellos, especialmente en el terreno de la sanidad.En s¨ªntesis, lo que se le exigir¨¢ al ciudadano que desee obtener una pensi¨®n m¨ªnima, o utilizar la Sanidad p¨²blica gratuita -los italianos est¨¢n obligados a pagar una cantidad variable por el uso de los servicios sanitarios-, o llevar a su hijo a una guarder¨ªa estatal, es que presente ante las autoridades competentes esta nueva tarjeta social.
Rentas del titular
En ella constar¨¢n todas las rentas del titular, las declaradas a Hacienda m¨¢s las rentas exentas (por ejemplo, becas de estudios, pensiones de guerra, etc¨¦tera). Adem¨¢s deber¨¢ incluir el patrimonio inmobiliario -o en caso de no tenerlo, tendr¨¢ que detallar el alquiler de su vivienda- y las acciones, t¨ªtulos del Estado o dep¨®sitos a su nombre.Todos estos datos econ¨®micos se sumar¨¢n para calcular el total que se reducir¨¢ despu¨¦s en base al n¨²mero de miembros de la familia. Para evitar penalizar a los peque?os ahorradores, el c¨¢lculo que se haga aceptar¨¢ una exenci¨®n de unos 80 o 90 millones de liras.
El ciudadano deber¨¢ precisar estos datos en un m¨®dulo que le ser¨¢ entregado en la Unidad Sanitaria Local (USL) o en los centros de asistencia fiscal.
La idea del ric¨®metro tiene un punto d¨¦bil esencial: ser¨¢ el propio ciudadano la fuente suministradora de los datos sobre el estado de su patrimonio. Las posibilidades de fraude son obvias, por ello, el Gobierno de Romano Prodi ha tomado una precauci¨®n especial, obligar al declarante a incluir una autorizaci¨®n para que las autoridades puedan acceder a su cuenta bancaria.
Una parte de la sociedad italiana -las clases medias que intuyen ya que su nivel de rentas har¨¢ saltar el ric¨®metro- ha reaccionado con furia a esta nueva medida, aplaudida, sin embargo, por los sindicatos. "Proteger¨¢ a los m¨¢s d¨¦biles", declaraba recientemente el secretario general de la principal central italiana, CGIL, Sergio Cofferatti. Los defraudadores cr¨®nicos tienen de aqu¨ª a julio para repasar el tema y encontrar los verdaderos puntos d¨¦biles desde los que asaltar al ric¨®metro.
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