Puntualizaci¨®n
Desde hace varios meses he sido v¨ªctima de comentarios editoriales de su peri¨®dico que seguramente corresponden a la informaci¨®n sesgada que su corresponsal env¨ªa con frecuencia sobre el diario acontecer colombiano. Los t¨¦rminos descorteses del editorial del 29 de octubre, Trampa a Colombia, me obligan a solicitarle de manera p¨²blica esta rectificaci¨®n por mi honra y la de todos los colombianos que hoy gobierno por su libre decisi¨®n democr¨¢tica.1. Desde el momento en que se tuvo conocimiento de la posible infiltraci¨®n de dineros del narcotr¨¢fico en la campa?a presidencial de 1994, puse en conocimiento de la justicia estos hechos y somet¨ª mi propia conducta al m¨¢s amplio escrutinio de la opini¨®n p¨²blica.
2. Tal vez no exista una persona en Colombia cuya vida personal haya sido investigada, nacional e internacionalmente, de forma m¨¢s minuciosa, sin que se haya encontrado ninguna eviden cia que pueda empa?ar una trayectoria p¨²blica honesta y pulcra.
3. Convencido de esta realidad, me somet¨ª al juicio del Congreso, juez natural del presidente de la Rep¨²blica seg¨²n la Constituci¨®n de Colombia, renunci¨¦ a la reserva del sumario para que el proceso fuera p¨²blico y orden¨¦ que fuera transmitido por las estaciones radiales y televisivas del Estado para asegurar su m¨¢xima cobertura.
4. La C¨¢mara de Representantes, despu¨¦s de varios meses de intenso debate, declar¨® mi inocencia absoluta respecto a cualquier cargo. La decisi¨®n se adopt¨® por una abrumadora mayor¨ªa conformada por voceros de los diferentes movimientos y partidos, amigos y enemigos del proyecto pol¨ªtico que me llev¨® a la presidencia de la Rep¨²blica.
5. La Corte Constitucional aval¨® la procedibilidad del juicio. El Consejo de Estado profiri¨® fallo confirmatorio en lo relacionado con la responsabilidad electoral por la financiaci¨®n de la campa?a, y el Consejo ?tico del Partido Liberal, que es mi partido, confirmando lo anterior, me absolvi¨® mayoritamente de cualquier culpa.
Si existieran dudas sobre la transparencia de mi conducta, lo invito a reflexionar si parece l¨®gico que una persona supuestamente relacionada con los c¨¢rteles de la droga, como usted lo afirma de manera irresponsable en su columna, pueda haber conseguido, como lo he conseguido durante mi gobierno, los m¨¢s notables hechos en la lucha contra el crimen organizado: en lo corrido de mi Administraci¨®n se ha destruido el 92% de los cultivos il¨ªcitos de coca erradicados durante los ¨²ltimos diez a?os y el 47/,) de los cultivos ll¨ªcitos de amapola durante el mismo periodo. Encarcel¨¦ al c¨¢rtel de Cali, que est¨¢ siendo juzgado severamente. Consegu¨ª aprobar en el Congreso una ley de extinci¨®n del dominio de los bienes de los narcos que implica su asfixia econ¨®mica absoluta. Los mayores decomisos de cargamentos de drogas y precursores qu¨ªmicos se han producido durante mi mandato, y estamos impulsando en el Congreso un proyecto de reforma constitucional que revive la extradici¨®n de nacionales colombianos para que no puedan seguir utilizando a Colombia como santuario para evadir la comisi¨®n de sus delitos en el exterior.
?Le parece a usted que estos hechos, tozudos, denotan la presencia de un gobernante proclive al crimen como usted perversamente lo insin¨²a en su libelo? Por el respeto de la memoria de los centenares de colombianos que han ca¨ªdo en esta lucha solitaria que viene librando mi pa¨ªs desde hace varios a?os contra el narcotr¨¢fico, y por la reconocida solvencia profesional y moral de su peri¨®dico, le solicito, con todo comedimiento, esta, rectificaci¨®n p¨²blica.-
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