El Atl¨¦tico cae en la vulgaridad
El equipo rojiblanco ofreci¨® una imagen decepcionante frente al Salamanca, que resisti¨® bien y sac¨® un empate
Cuando aparece Futre en el Atl¨¦tico es que la cosa va mal o demasiado bien. Esta vez le iba mal y Antic tuvo que sacarle para aprovechar el efecto contagioso que provoca en la afici¨®n. El Atl¨¦tico perd¨ªa y no encontraba la manera de hincar el diente al Salamanca. En realidad, al Atl¨¦tico le falt¨® f¨²tbol. Jug¨® muy mal y desminti¨® la condici¨®n de equipo estelar que se le presupon¨ªa en algunos foros.Se hab¨ªa creado un estado de opini¨®n tan favorable al Atl¨¦tico que sorprendi¨® su decepcionante f¨²tbol. A base de meter goles a pu?ados y recibirlos casi en la misma medida, se hablaba del Atl¨¦tico en t¨¦rminos superlativos, probablemente sin merecerlo. Algunos de sus partidos han sido movidos pero mediocres y en otros se ha apreciado un enorme desequilibrio entre el juego de ataque y el rendimiento defensivo, que ha sido debil¨ªsimo. Mientras se eliminan las impurezas, el Atl¨¦tico es un equipo imperfecto que suele entretener. Lo hace porque no especula y porque su propensi¨®n al juego de ataque es indiscutible: Dispone adem¨¢s de dos jugadores desequilibrantes -Kiko y Juninho- y de Lard¨ªn, una bala que causa estragos en los contragolpes. Y si a Vieri le da por embocar, como ocurre en estas semanas, pues hay goles y alegr¨ªa. Como propuesta, la de Antic es generosa y nada da?ina para el f¨²tbol espa?ol. Pero otra cosa es que el Atl¨¦tico desborde f¨²tbol por todos los costados. A veces ni tan siquiera resulta entretenido. Ah¨ª queda su partido frente al Salamanca. Un penazo de partido.
Antes de que la necesidad le obligara a meter la directa, el Atl¨¦tico tuvo dos problemas. Jug¨® mal y ni tan siquiera intent¨® parecerse a s¨ª mismo. En plan torbellino, el Atl¨¦tico es un equipo complicado para sus rivales. Es eficaz en la sobreaceleraci¨®n y en el juego directo, en un f¨²tbol impulsivo dif¨ªcil de desactivar por su tenacidad. ?sta suele ser su condici¨®n habitual, pero ante el Salamanca no hubo ni torbellino ni n¨¢. Y sin su condici¨®n vehemente, el Atl¨¦tico queda muy rebajado.
El Salamaca tom¨® toda clase de precauciones. Lo hizo por su delicada situaci¨®n, por el temor que le produc¨ªa el Atl¨¦tico y porque no est¨¢ sobrado de buenos futbolistas. Pero en contra de las previsiones, pas¨® una noche bastante tranquila. En cuanto a los marcajes, lo m¨¢s destacable fue el trabajo de Loren sobre Kiko, que apenas se dej¨® ver. La principal preocupaci¨®n del Salamanca fue defenderse, cosa previsible. Meti¨® gente atr¨¢s y aguant¨® con bastante firmeza. En el medio campo, enfri¨® el partido de manera conveniente. Giovanella encontr¨® tiempo para tocar la pelota y para recuperarla. Lo hac¨ªa sin soluci¨®n de continuidad porque en la primera parte el Salamanca estaba atacado de miedo y no se aventuraba a jugar en el campo del Atl¨¦tico. Con el tiempo, el Atl¨¦tico dar¨ªa suficiente cuerda para quitarle el s¨ªndrome. Zegarra se uni¨® a Giovanella, Pauleta apareci¨® tres o cuatro veces y Vellisca hizo alg¨²n da?o por la izquierda.
La flojera del Atl¨¦tico fue espectacular hasta el gol de Andrei. En el medio campo, Vizca¨ªno no tuvo peso. En las bandas, Lard¨ªn y Aguilera pasaron desapercibidos. Juninho cometi¨® un error: condujo demasiado por el medio. Desprovisto de juego en el centro del campo, quedaba la opci¨®n de los delanteros. Pero Kiko no influy¨® en el juego y de Bogdanovich no hubo noticias en toda la noche.
El partido se le complic¨® de forma severa al Atl¨¦tico con el gol logrado por Pauleta, que ven¨ªa medio anunciado. Pauleta hab¨ªa perdido un mano a mano con Molina y Vellisca hab¨ªa lanzado al palo un remate bastante sencillo. El gol lleg¨® a la tercera. Fue excelente. Tocaron todos los centocampistas con rapidez y precisi¨®n ante la perplejidad de la defensa local. Finalmente Zegarra vio la entrada de Pauleta entre l¨ªneas y le dej¨® ante Molina, que s¨®lo pudo mirar el globito.
A esas alturas, Antic s¨®lo pudo encontrar el efecto Futre para dar salida a una situaci¨®n muy delicada. Futre no est¨¢ para grandes empresas, pero en el Manzanares provoca el delirio. Por razones sentimentales, Futre contagia a la hinchada. Antic confiaba que la expansi¨®n llegara al campo. Entre el ruido de la gente y la necesidad del gol, el Atl¨¦tico carg¨® contra el Salamanca. Sin ideas y con pocos recursos. Lleg¨® el gol de Andrei y pareci¨® que hab¨ªa tiempo para remontar. Lo que no hab¨ªa era juego. El Salamanca resisti¨® bien y el Atl¨¦tico cay¨® en la desesperaci¨®n. A ¨²ltima hora se pidi¨® penalti por un derribo a Kiko. Probablemente lo fue. Pero fuera de esa jugada, el Atl¨¦tico no puede reclamar nada m¨¢s. Jug¨® mal y sali¨® del partido con lo que mereci¨®.
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