Malos pensamientos y peores acciones
Al margen de que la remoci¨®n de patronos del MNCARS se haya hecho, como corresponde, cuando concluye el plazo previsto de su renovaci¨®n, si bien en su interpretaci¨®n m¨¢s restrictiva de tres a?os, la personalidad de los removidos, tres catedr¨¢ticos universitarios, especialistas en la materia que m¨¢s interesa a la instituci¨®n, y el que fuera secretario personal de Pablo Picasso y hoy considerado como uno de los m¨¢ximos especialistas internacionales en el genial artista espa?ol, exige una reflexi¨®n cr¨ªtica. Por otra parte, la naturaleza discrecional -hay otros patronos en los que concurre la misma circunstancia que la de los cesados y, sin embargo, permanecen en el cargo- y, por tanto, pol¨ªtica de esta decisi¨®n, abunda en esta misma exigencia, que, adem¨¢s, se vuelve decididamente inevitable, al haber declarado fuentes de Cultura que la sustituci¨®n de estos patronos se har¨¢ "por personas representativas que ayuden al museo", una afirmaci¨®n, que, para el caso, nada significa de por s¨ª, salvo que se interprete en el sentido de que Valeriano Bozal, Francisco Jarauta, Delf¨ªn Rodr¨ªguez y Pierre Daix carecen de representatividad o, peor, que, posey¨¦ndola, no han ayudado al museo como debieran.Los nombres de los nuevos patronos, Eugenio Tr¨ªas, ?lvaro Delgado-Gal o Juan Manuel Urgoiti (al que, por cierto, el rotativo nacional que destap¨® la noticia le atribu¨ªa encima el ser el futuro presidente del patronato, lo cual, de confirmarse, elevar¨ªa la discrecionalidad de Cultura a t¨¦rminos casi insultantes para el patronato), unido a las declaraciones de "otros patronos consultados", que, por su parte, afirman que se busca un patronato "m¨¢s a la americana", a?adi¨¦ndose a continuaci¨®n que eso significa la presencia de financieros que movilicen recursos econ¨®micos, podr¨ªa s¨®lo relativamente aclarar las intenciones impl¨ªcitas en la operaci¨®n. Y es relativa la aclaraci¨®n, porque, entre los patronos no cesados, hay ya varios representantes del mundo financiero, con lo que, con la actual medida, se puede, en todo caso, incrementar su presencia, quiz¨¢ hasta convertir el patronato en una sucursal bancaria o burs¨¢til.
Ahora bien, de confirmarse esta orientaci¨®n, hay que hacer, cuanto menos, dos precisiones: la primera, que el patronato as¨ª constituido no ser¨ªa "a la americana", porque lo genuinamente americano es el museo de propiedad privada, siendo sus patronos los due?os materiales del mismo o sus fideicomisarios, con lo que, obviamente, movilizan recursos, los de su propio bolsillo all¨ª invertidos o los de quienes, de una u otra manera, entran como nuevos accionistas de la empresa o como meros part¨ªcipes en su sostenimiento, sin que esos papeles dejen de tener muy contundentemente jerarquizados sus cargos y cargas; la segunda, que la funci¨®n de dichos patronos-due?os o patronos -mantenedores americanos es la de actuar como los consejeros de cualquier sociedad an¨®nima; esto es: nombran o destituyen al consejero delegado de la empresa, en este caso al director, pero a ¨¦ste le corresponde la gesti¨®ndirecta de la misma, sin interferencias rutinarias.
As¨ª que nuestro hipot¨¦tico patronato nada tiene que ver con un museo a la americana, a no ser que se intente vender el museo nacional a los bancos, lo que es constitucionalmente imposible, seg¨²n se me alcanza. No; el proyecto de patronato aludido no, s¨®lo no es a la americana, sino tampoco a la europea, al menos que nuestro pa¨ªs consiga exportarlo a la Uni¨®n Europea, lo que me llenar¨ªa de estupefacci¨®n. Para quien no lo sepa, a?adir que lo genuinamente europeo es el museo p¨²blico, cuyo patronato se suele nutrir de especialistas, cient¨ªficamente cualificados, en el contenido concreto de la instituci¨®n.
M¨¢s: los patronos de los museos p¨²blicos europeos, esos especialistas cient¨ªficos antes mentados, poseen funciones "consultivas" y no ejecutivas, mientras que los de los museos privados americanos, esos otros, tambi¨¦n mencionados, propietarios de los mismos, no necesariamente banqueros, aunque s¨ª millonarios, "ejecutan", pero no evac¨²an consultas acerca de c¨®mo se debe colgar un cuadro o si se debe prestar. La confusi¨®n espa?ola al respecto es sorprendente: hasta hace poco, a los potentados financieros y adl¨¢teres, que se nombraron, desde hace al menos doce a?os como patronos de los museos nacionales, los directores de los mismos deb¨ªan consultarles -y ser por ellos autorizados- para decidir qu¨¦ cuadro se deb¨ªa adquirir, restaurar, qu¨¦ exposici¨®n se iba a hacer o cualquiera de estas cuestiones t¨¦cnicas, en las que, como todo el mundo sabe, los banqueros, agentes de cambio y bolsa o qui¨¦n se yo del mundo de las finanzas o de las profesiones liberales ajenas al mundo del arte, sientan-c¨¢tedra, a la par que remueven de ella a los "pobres" y escasamente voluntariosos especialistas.
La contribuci¨®n inminente, ahora anunciada, para mejorar tan brillante modelo, de confirmarse, tendr¨¢, eso s¨ª, la ventaja de terminar con la contradicci¨®n heredada; o, dicho en t¨¦rminos evang¨¦licos, aprovechando esa conocida par¨¢bola adulterina: "?Que no entre en el patronato quien no sea capaz de arrojar un saldo de mil kilos!". Pero, ojo, no debe arrojarlos al museo, sino s¨®lo poseerlos, y, quiz¨¢, eventualmente, dar alguna piedrecilla a t¨ªtulo de promoci¨®n publicitaria, desgravaci¨®n fiscal o todo ese rosario de compensaciones, que, en, nuestro pa¨ªs, denominamos "mecenazgo", a pesar de que nada tengan que ver, ni por el forro, con lo que hac¨ªa el hist¨®rico Mecenas romano.
?Ah¨ª acaba todo en relaci¨®n con la actual remoci¨®n patronal del MNCARS? Por muy inocentes o laboralmente atribulados que se encuentren ahora los responsables actuales de Cultura, no puedo imaginar que no hayan reparado en la inoportunidad del momento elegido para presentar su nuevo modelo patronal como trust de financieros. En efecto, ?se puede
considerar mal pensado a quien, por ejemplo, asocie la remoci¨®n patronal de especialistas del MNCARS con el tema del "pr¨¦stamo" del Guernica, habi¨¦ndose pronunciado los tales p¨²blicamente contrarios a tal medida? ?Nada tiene que ver esta misma remoci¨®n con el perverso "comodato" de la colecci¨®n de Telef¨®nica? ?Qu¨¦ otros cambalaches p¨²blico -privados de este jaez nos aguardan? No; es imposible no tener malos pensamientos ante tales provocaciones. S¨®lo cabe, como en los culebrones, terminar con un: "Continuar¨¢".
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