La presidencia de la UE trata de salvar la cumbre del empleo con objetivos cuantificados
El presidente semestral del Consejo de la Uni¨®n Europea (UE), Jean-Claude Juncker, pugna por salvar la credibilidad de la cumbre especial sobre empleo que los Quince celebrar¨¢n el jueves y viernes. El primer ministro luxemburgu¨¦s pretende mantener algunos objetivos cuantificados que los Gobiernos deber¨¢n alcanzar -lo que les disgusta-, arriesg¨¢ndose si los incumplen a "recomendaciones" que ser¨ªan aut¨¦nticas sanciones morales. Pese a haber recibido un diluido apoyo en la cumbre previa de patronales y sindicatos del jueves, la ambiciosa propuesta de la Comisi¨®n al Consejo Europeo -los quince l¨ªderes- ser¨¢ decapada.
Un documento oficioso de la presidencia, preparatorio del Consejo jumbo (Econom¨ªa y Trabajo) de hoy descarta ya la fijaci¨®n de los objetivos globales propuestos por Bruselas: llegar a una tasa de empleo del 70%, aproxim¨¢ndose al 65% en cinco a?os, lo que supondr¨ªa crear 12 millones de puestos de trabajo y un ¨ªndice de paro del 7%, en lugar del 10% actual.
La mayor¨ªa de Gobiernos se opuso a esta cuantificaci¨®n. Pero Juncker, un socialcristiano muy, social, se juega su prestigio en el envite. Ha salvado dos de las ideas iniciales, a las que se oponen algunos Estados y la patronal, pero respaldadas por Bruselas, los Gobiernos m¨¢s socialdem¨®cratas y los sindicatos.
Estos consideran que sin objetivos concretos y medios para controlar su ejecuci¨®n, jam¨¢s nacer¨¢ un esbozo de pol¨ªtica de empleo com¨²n, aunque sea s¨®lo complementaria de las nacionales.
Ideas y alternativas
Una es la cuantificaci¨®n -aunque suavizada- de tres objetivos sectoriales. Primero, el compromiso de "ofrecer una nueva oportunidad" a todos los j¨®venes "antes de que hayan pasado seis meses en paro, en forma de empleo, formaci¨®n, reciclaje, pr¨¢cticas" o v¨ªas parecidas. Segundo, un similar compromiso de apoyo a los "desempleados adultos" de larga duraci¨®n "antes de que hayan pasado doce meses en paro". Tercero, la promesa de "incrementar sustancialmente" el n¨²mero de personas que puedan acogerse a la formaci¨®n profesional, acerc¨¢ndose a un baremo de "alrededor del 25%" (el actual porcentaje espa?ol es del 13%).Varios Gobiernos, especialmente Bonn y Madrid, se han opuesto a estas medidas. Argumentan que la situaci¨®n difiere en cada pa¨ªs. Otros, adem¨¢s -caso de Espa?a-, que su aplicaci¨®n obligatoria sin financiaci¨®n comunitaria adicional perjudicar¨¢ a los Estados con m¨¢s desempleo y menos disponibilidades financieras. Medios de la Administraci¨®n espa?ola subrayaron tambi¨¦n que, cuando se aplique el Tratado de Amsterdam, estas obligaciones podr¨¢n imponerse por mayor¨ªa cualificada. E incluso endureci¨¦ndolas, por ejemplo con la supresi¨®n del lenitivo "alrededor". ?Qui¨¦n las paga?", se quejaron, aludiendo a que no se aplica el principio comunitario de "suficiencia de medios".
Pero la Comisi¨®n madura alternativas que las hagan digeribles. Para el asunto m¨¢s dificil, las alternativas a los parados de larga duraci¨®n, se piensa en que ¨¦stas no costasen nada a la empresa que los contratase, manteniendo con car¨¢cter extraordinario su acogida al seguro de desempleo.
Juncker pretende tambi¨¦n salvar el "m¨¦todo" de la Comisi¨®n, un m¨¦todo de vigilancia multilateral inspirado en el Tratado de Amsterdam y en el control del d¨¦ficit de cara a la uni¨®n monetaria. Consiste en que los Estados deber¨¢n incorporar las orientaciones anuales de la Comisi¨®n en sus planes de empleo, fijando sus propios objetivos y los mecanismos para alcanzarlos.
Si no los alcanzan, se arriesgan a que un "examen anual com¨²n" evidencie que son incumplidores, una advertencia que disgusta a cualquier Gobierno "y da muchas bazas a la oposici¨®n", resalta un alto funcionario. Para suavizar el tr¨¢gala, la presidencia ha obviado explicitar que el examen anual se concretar¨¢ en "recomendaciones" a cada Gobierno, verdaderas sanciones morales, pero eso lo prev¨¦ ya el nuevo Tratado, cuya aplicaci¨®n se pretende adelantar, sin esperar a su ratificaci¨®n.
Diplom¨¢ticos espa?oles consideraron que este planteamiento va mucho m¨¢s lejos del propio Tratado, pues ¨¦ste no habla de obligaciones", sino de orientaciones a "tener en cuenta".
Reuni¨®n de Ecofin
La semana de reuniones comunitarias, con el empleo como tel¨®n de fondo, se incia hoy con el encuentro de los ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin) de los Quince, que discutir¨¢n, entre otros temas, lo que se ha bautizado como Euro-X: la instituci¨®n informal que reunir¨¢ a los pa¨ªses que se integren en el euro, informa Walter Oppenheimer. El Euro-X se convertir¨¢ en Euro-11 si se confirman los pron¨®sticos de que s¨®lo Grecia incumplir¨¢ los criterios de Maastricht y que el Reino Unido, Suecia y Dinamarca se mantendr¨¢n fuera por voluntad propia.El Euro-X es consecuencia del pacto alcanzado por franceses y alemanes sobre lo que los primeros denominan el Gobierno econ¨®mico de Europa. Aunque ya casi nadie se acuerda, este Gobierno econ¨®mico, como contrapeso al Gobierno monetario que tendr¨¢ el Banco Central Europeo, fue la gran excusa esgrimida por Francia para paralizar el Pacto de Estabilidad poco antes de que se acordara el Tratado de Amsterdam.
Los ministros tratar¨¢n tambi¨¦n de la presidencia del Banco Europeo para la Reconstrucci¨®n y el Desarrollo (BERD). Fuentes espa?olas consideran que Pedro Solbes es el principal candidato para ocupar el puesto. S¨®lo un motivo puede impedir hoy a Rodrigo Rato presentar su candidatura: Solbes no acaba de ver la envergadura del cargo.
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