Stanley Payne sostiene que Franco no hizo todo lo que pudo por salvar a Jos¨¦ Antonio
El historiador publica un libro sobre las caracter¨ªsticas del fascismo espa?ol
Cuando se van a cumplir 61 a?os de la muerte de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera 3 22 de la desaparici¨®n de Francisco Franco, la relaci¨®n entre ambos l¨ªderes todav¨ªa interesa a los historiadores. El estadounidense Stanley G. Payne, uno de los expertos en la historia del franquismo, sostiene que el general Franco no hizo todo lo que estaba en su mano para impedir el fusilamiento del jefe falangista, acaecido en la c¨¢rcel de Alicante un 20 de noviembre. "Franco no quer¨ªa en Salamanca [sede de los mlitares sublevados al principio de la guerra]", coment¨® ayer Payne en Madrid.
El libro Franco y Jos¨¦ Antonio. El extra?o caso del fascismo espa?ol, publicado por Planeta, recorre la historia del falangismo desde comienzos de los a?os treinta hasta la desaparici¨®n del Movimiento Nacional, como partido oficial, en 1977 Pero las relaciones entre Franco y Jos¨¦ Antonio, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera vertebran este ensayo de Stanley Payne (Texas, 1934), uno de los historiadores extranjeros que m¨¢s se ha ocupado de la Espa?a contempor¨¢nea. A trav¨¦s de una amplia bibliograf¨ªa y de multitud de cartas y documentos, Payne reconstruye las complejas relaciones entre los dos m¨¢ximos dirigentes del fascismo espa?ol.La ambigua posici¨®n de Franco en la muerte del l¨ªder falangista ha sido motivo de pol¨¦mica durante d¨¦cadas, pero Payne ya est¨¢ en condiciones de afirmar que el general "no hizo todo lo que pudo para salvar la vida de Jos¨¦ Antonio". "Franco", comenta el historiador, "era muy pragm¨¢tico y, por tanto, no quer¨ªa enfadar a los falangistas. De este modo, puso algunos medios a disposici¨®n de la Falange para intentar operaciones de rescate de Jos¨¦ Antonio en la c¨¢rcel de Alicante en las primeras semanas de la guerra. Pero luego retir¨® su respaldo a una misi¨®n que tenia muchos inconvenientes". En su libro, Payne atribuye al Gobierno republicano la negativa a un canje de prisioneros entre Jos¨¦ Antonio y un hijo del socialista Francisco Largo Caballero, a la saz¨®n jefe del Gabinete. Un tribunal popular conden¨® a muerte a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera. La prensa del bando nacional tard¨® dos a?os en difundir la noticia.
A juicio del profesor estadounidense, autor de otros t¨ªtulos como El r¨¦gimen de Franco (1936-1975), los dos dirigentes fascistas hubieran chocado tras la guerra si Jos¨¦ Antonio se hubiera salvado. "No obstante", a?ade, "ambos ten¨ªan muchos puntos en com¨²n. Los dos eran nacionalistas, autoritarios e imperialistas, por citar s¨®lo tres rasgos. En cualquier caso, Jos¨¦ Antonio tambi¨¦n habr¨ªa evolucionado y no podemos saber en qu¨¦ direcci¨®n. La inc¨®gnita queda abierta".
Stanley Payne observa en su trabajo diferencias entre el fascismo espa?ol y sus hom¨®logos de Alemania y de Italia, tambi¨¦n distintos entre s¨ª. "El fascismo espa?ol", comenta, "era d¨¦bil y, de hecho, se convierte en un movimiento de masas s¨®lo gracias a un desastre total como fue la guerra civil. Luego se instala en el poder, pero sin ejercerlo en realidad, porque Franco neutraliz¨® e instrumentaliz¨® a la Falange. Por otra parte, Jos¨¦ Antonio miraba m¨¢ a Benito Mussolini como modelo que a Adolfo Hitler. Al igual que los italianos, los fascistas espa?oles profesaban un claro catolicismo, no como los alemanes, y no eran racistas ni antisemitas. De hecho, el r¨¦gimen de Mussolini fue m¨¢s bien projud¨ªo hasta 1938".
Falangistas acomodaticios
Lo que es bien cierto es que Franco impidi¨® durante su larga dictadura que apareciera alg¨²n sucesor carism¨¢tico del fundador de Falange y fue arrinconando, uno a uno, a todos los que aspiraban a la jefatura falangista. As¨ª busc¨® a dirigentes como Jos¨¦ Luis Arrese, que le mostraron lealtad y sumisi¨®n absolutas. "Una mayor¨ªa de falangistas", afirma Payne, "una vez cumplida la prioridad de ganar la guerra civil, se resign¨® a los hechos consumados. La comodidad de estar instalados en cargos p¨²blicos dentro del Movimiento o el temor a desmarcarse de Franco neutralizaron las ansias de revoluci¨®n social de los falangistas de la primera hora".Todo el franquismo estuvo te?ido de una mitificaci¨®n casi religiosa de la figura de Jos¨¦ Antonio, un protom¨¢rtir muerto a los 33 a?os, como Jesucristo, y cuyo retrato presidi¨® centros oficiales, escuelas y hospitales hasta que se aprob¨® la Constituci¨®n en 1978. "Un Jos¨¦ Antonio muerto result¨® ser un s¨ªmbolo muy ¨²til para Franco", apostilla Payne.
El historiador estadounidense califica de "casi inexistente" la presencia del fascismo en la pol¨ªtica de la Espa?a de hoy y cree que es el m¨¢s d¨¦bil de Europa. "Hay que tener en cuenta que la experiencia de la dictadura est¨¢ muy reciente en la memoria de la gente y que el nacionalismo espa?ol todav¨ªa se asocia con una tendencia sectaria y autoritaria", se?ala.
Babelia
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