Los misterios del secuestro de Olot

Si antes fue el triple crimen de las ni?as de Alc¨¤sser, la moda de esta temporada podr¨ªa ser el secuestro de Maria ?ngels Feliu. Pepe Navarro ha empezado en La sonrisa del pel¨ªcano lo que tiene visos de convertirse en un nuevo culebr¨®n basado en hechos reales: el caso de Maria ?ngels Fefiu, la farmac¨¦utica de Olot (Girona) secuestrada el 20 de noviembre de 1992.Pepe Navarro ha decidido desempolvar el viejo asunto de la boticaria, aprovechando los enigmas en que est¨¢ envuelta la liberaci¨®n de la v¨ªctima casi 500 d¨ªas despu¨¦s. El halo de misterio siempre es un gancho para los espectadores noct¨¢mbulos. Los ¨ªndices de audiencia demuestran que el programa atrae a un promedio de dos millones de ciudadanos.

Los primeros cap¨ªtulos del previsible culebr¨®n han resultado un barullo, un r¨ªo revuelto en el que han chapoteado un ex polic¨ªa, un confidente y dos sexagenarios. Todos proclaman saber la verdad del asunto, aunque por el momento no lo han demostrado. Han consumido incontables minutos en amenazarse, desacreditarse y dirigirse lindezas como "eres un cerdo" o un "sinverg¨¹enza", cuando no en claras amenazas de agresi¨®n en el mismo plat¨®. Un espect¨¢culo que pone en cuesti¨®n la solvencia de estos presuntos testigos.

Lo ¨²nico en que, m¨¢s o menos, parecen coincidir algunos participantes es en que la boticaria fue v¨ªctima de un autosecuestro. Claro que, seg¨²n dicen, tan abracadabrante afirmaci¨®n no es m¨¢s que una hip¨®tesis. El director de La sonrisa del pel¨ªcano procura remachar este matiz, muchas veces con m¨¢s voluntad que acierto, con la intenci¨®n de que el caso no se le desmadre, como se le desmadr¨® el crimen de las ni?as de Alc¨¤sser. ?Ardua tarea!

Navarro intenta mantener bajo un relativo control a los invitados a su programa, aunque tambi¨¦n es evidente que tolera el exabrupto. El periodista Francisco P¨¦rez Abell¨¢n encarna un poco el contrapunto serio del show: el pasado lunes dej¨® tocado a Francisco Evangelista, al recordarle que meses antes de la liberaci¨®n de Maria ?ngels hab¨ªa proclamado que ¨¦sta estaba "muerta y enterrada", en claro contraste con la realidad y con lo que ¨¦l dice ahora. Ojal¨¢ el caso Olot no siga la senda televisiva del caso Alc¨¤sser...