M¨¢s soldados que turistas entre los templos egipcios
Hace tres d¨ªas Luxor fue una tumba de turistas extranjeros. Hoy es una prisi¨®n de lujo. La ciudad se encuentra rodeada por todos los costados. Las fuerzas de la polic¨ªa y del Ej¨¦rcito han levantado innumerables controles en las carreteras y en las v¨ªas de acceso. Una legi¨®n de ciudadanos de paisano deambulan misteriosamente frente a los grandes hoteles; son la polic¨ªa secreta. "No se puede salir de noche, es usted un turista y necesita un permiso especial de la polic¨ªa", afirma nervioso el conductor del veh¨ªculo, empleado de una agencia de turismo local, al que ped¨ª que me llevara hasta las puertas del templo de Hatshepsut, donde el lunes el atentado de un comando integrista cost¨® la muerte de 68 personas, entre ellas 58 turistas. Pasa a la p¨¢gina 3 M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 4
Ciudad fantasma
Los turistas de Luxor ven m¨¢s soldados que ruinas
Hoy esta zona, el Nilo medio, se encuentra cerrada al turismo y constituye una enorme regi¨®n tamp¨®n situada entre la capital y esa prisi¨®n de lujo que es Luxor. All¨ª se registran la mayor parte de los atentados y de los asesinatos islamistas. Los extranjeros que se aventuran en coche por la zona, desafiando las estrictas ¨®rdenes policiales y de sus embajadas, corren el riesgo de acabar siendo custodiados por blindados del Ej¨¦rcito, que les llevan amablemente hasta su destino.Esto es Luxor. Ayer parec¨ªa una ciudad fantasma. Responsables de hoteles confirmaban la desbandada generalizada. Los comerciantes del centro hab¨ªan colocado en las calles pancartas escritas en ingl¨¦s y en ¨¢rabe, asegurando que "todo el pueblo siente mucha tristeza por las familias de las v¨ªctimas y mucha pena en el coraz¨®n".
En el zoco, muy cerca de la avenida Isis y del Ayuntamiento, esos mismos comerciantes celebraron ayer noche una velada de duelo. Sacaron las sillas a la calle, invitaron a los viandantes y extranjeros a sentarse en ellas, a tomar caf¨¦ o t¨¦ y a participar de esa verdad oficial, convertida en una aburrida consigna: "Esto puede suceder en cualquier parte, en cualquier pa¨ªs, incluso en tu casa". Lo repiti¨® ayer p¨²blicamente una vez m¨¢s el presidente de la Rep¨²blica, Hosni Mubarak.
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