El Betis fue peor que el Depor, pero gan¨®
Alexis acab¨® de penalti con una racha de m¨¢s de 350 minutos sin marcar un gol
Alexis acab¨® de penalti con 350 minutos de sequ¨ªa verdiblanca. El Betis llevaba tres partidos consecutivos sin marcar un gol en Liga. No mov¨ªa un marcador desde que el 6 de noviembre Ure?a marc¨® de cabeza en el Parken Stadium de Copenhague. Una discutible. decisi¨®n del colegiado Andradas Asurmendi acab¨® con el maleficio, con las habladur¨ªas del brujo. Se cumpl¨ªa el principio del idealismo pr¨¢ctico social enunciado por Thomas Merton: cuando las circunstancias son consideradas como reales, son reales en sus consecuencias. El gol es como un espejo deformante de feria: agiganta al que lo marca y empeque?ece al que lo encaja. El Betis empez¨® a jugar mejor frente a un rival que hab¨ªa bordado el f¨²tbol de escuela en la primera parte. El colegiado termin¨® de hacer m¨¢s peque?o al equipo gallego con la expulsi¨®n algo leguleya de Djalminha.El Deportivo sali¨® al campo para sacar provecho de las dudas verdiblancas. Acredit¨® su condici¨®n de equipo dif¨ªcil en las salidas. S¨®lo hab¨ªa perdido, y por la m¨ªnima, en el Camp Nou. En Riazor, fieles a la leyenda de la ciudad, regalaban puntos para que nadie se sintiera forastero. El equipo de Corral sali¨® al campo convencido de sus posibilidades. Contabiliz¨® tres ocasiones clar¨ªsimas de gol en el primer per¨ªodo: un remate de cabeza de Donato que sac¨® bajo los palos Jaime; un disparo de Luizao despu¨¦s de superar a Prats que Fran no pudo enviar a puerta; y un remate desviado, de Djalminha como r¨¦plica a una espl¨¦ndida carrera por la banda de H¨¦lder.
En ese per¨ªodo, el Betis segu¨ªa atenazado por los nervios, por la estad¨ªstica, por lo que fuera. No disfrut¨® de ninguna ocasi¨®n propicia de batir a Songo'o. Con Oli, en el banquillo y Alfonso practicando un encomiable correcalles por todo el campo, el ¨²nico recurso parec¨ªa ser el de los centros a la cabeza de Ure?a, el ¨²ltimo goleador verdiblanco.
Los locales quer¨ªan resucitar como fuera. Lleg¨® el descanso, pero no hab¨ªa descanso en un partido jugado como una verdadera final. Qui¨¦n iba a decir que estos dos equipos disputaron hace no. mucho una promoci¨®n. Han padecido sendas crisis de crecimientos y quieren salir como sea de ese pozo de las angustias. El Deportivo necesitaba marcar para acreditar el dominio y el Betis para espantar los malos esp¨ªritus. El equipo local sali¨® con otro aire en la segunda parte.
Finidi vuelve a recibir otro regalo de Paco, pero nuevamente lo desaprovecha ante Songo'o. El. Deportivo ya no era la m¨¢quina de la primera parte, probablemente porque el Betis no quiso que lo fuera. Lleg¨® el penalti sobre Finidi en una jugada ni decisiva ni determinante. Alexis enga?¨® a Songo'o. El equipo, la afici¨®n, el palco. Todo el Betis se quitaba un peso de encima. Los deportivistas hab¨ªan agotado toda la p¨®lvora en la primera parte. Segu¨ªan jugando bien, triangulando con calidad, pero sin la mordiente de esos minutos trepidantes en los que s¨®lo hubo un equipo en el Villamar¨ªn.
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