"Las matem¨¢ticas son como m¨²sica y poes¨ªa", afirma el escritor Hans Magnus Enzensberger
Hans Magnus Enzensberger es uno de los grandes intelectuales alemanes de este siglo. Nunca le ha importado sorprender con nuevos enfoques. Ahora presenta en Espa?a El demonio de los n¨²meros (Siruela), un libro en el que juega con las matem¨¢ticas con sus interlocutores, que son siempre ni?os. Su hija tiene 10 a?os. Dice que el libro es m¨¢s adecuado para ni?os de 13. Pero asegura que tambi¨¦n es para adultos. "Es absurdo que se tenga a los ni?os por imb¨¦ciles". Considera que las matem¨¢ticas son en cierta forma poes¨ªa. Y ¨¦l se ve como poeta. Y hombre libre.
Pregunta. Usted es ante todo poeta y ensayista. ?C¨®mo se ha aventurado en esta historia de las matem¨¢ticas? ?Tiene algo que ver su hija de 10 a?os con esto?Respuesta. Quiz¨¢s para mi hija sea un poco pronto. Tiene, como ha dicho, 10 a?os. Este libro es m¨¢s para ni?os de 12 o 13 a?os. En Alemania tambi¨¦n se han asombrado. Sobre todo en el ambiente literario. Pero yo no pienso someterme a las previsiones de mis compatriotas. Cada intelectual tiene, al parecer, unas cosas que hacer y no debe salirse de ello. Parece que todos tenemos en una gran c¨®moda un caj¨®n que nos ha sido otorgado. Pues yo jam¨¢s me he adjudicado un caj¨®n y nunca lo har¨¦.
P. ?Por qu¨¦ es tan r¨ªgido ese marco que rompe usted en Alemania?
R. En todo caso, yo no me adapto a esas reglas seg¨²n las cuales un poeta s¨®lo debe hacer poes¨ªa, un narrador s¨®lo narraciones. ?Por qu¨¦ no se puede hacer otra cosa? Yo soy un aficionado a las matem¨¢ticas desde que ten¨ªa 16 a?os. Y esto es una incursi¨®n m¨¢s como otras tantas que he hecho y voy a hacer.
P. Pero las matem¨¢ticas tienen ese aspecto, llam¨¦moslo fr¨ªo o t¨¦cnico, en principio tan alejado de la poes¨ªa, de un poeta. ?No son el horror del poeta?
R. Posiblemente esto sea un error de los poetas. Porque las matem¨¢ticas no son una cuesti¨®n puramente t¨¦cnica y mucho menos manual, en todo caso han de ser comparadas con la composici¨®n, con la m¨²sica. Las matem¨¢ticas tienen, yo creo, muchas analog¨ªas con las artes, con la m¨²sica y la poes¨ªa. Las matem¨¢ticas tienen mucho que ver con la poes¨ªa. Con el sentido del infinito y los conceptos de lo eterno, por tanto. Con lo trascendental. En las matem¨¢ticas, el hombre da un salto por encima de lo que considera sus l¨ªmites naturales y consigue imaginar lo que habitualmente est¨¢ m¨¢s all¨¢ de sus conceptos habituales.
Bloqueo
P. Insisto, ?por qu¨¦ esta incursi¨®n en campo tan ajeno?R. Y yo insisto en que siempre me ha molestado c¨®mo se ha confrontado a los ni?os con esta materia, con las matem¨¢ticas. Estoy convencido de que, exceptuando a unos pocos seres especialmente limitados, la mayor¨ªa de los ni?os puede perfectamente enfrentarse a las matem¨¢ticas y gozarlas. Lo que pasa es que tal como se les presenta parecen una cuesti¨®n de unos pocos, adem¨¢s de terriblemente aburridas. Y hay un momento en que tal presentaci¨®n produce un bloqueo en los ni?os y a partir de ah¨ª ellos quedan convencidos de que no sirven para eso. Y no es as¨ª. Es lo mismo que forzar a un ni?o a tocar el viol¨ªn. Por, supuesto que al principio hay tonos espantosos. Pero esto no es una cuesti¨®n de estar dotado en la mayor¨ªa de los casos. En las matem¨¢ticas o la m¨²sica la mayor¨ªa de la gente puede tener acceso a ciertos niveles, y se frustra por la forma de enfrentar a los ni?os con estos retos.
P. En realidad, este libro tiene algo de esa moda m¨¢s o menos pedag¨®gica, o quiz¨¢s debi¨¦ramos decir instructiva, que ha abierto El mundo de Sof¨ªa.
R. No creo que sea as¨ª. Creo en todo caso que Gaarder es un gran profesor. Enormemente dotado para explicar cuestiones dif¨ªciles de forma accesible. Yo lo he vivido en una clase y realmente es magn¨ªfico haciendo accesibles los temas m¨¢s o menos complejos para los j¨®venes. Pero creo que en cuanto a m¨¦todo este libro es muy distinto a lo que ¨¦l ha hecho.
El papel del intelectual
P. Alej¨¦monos un poco de su incursi¨®n en las matem¨¢ticas. Usted siempre ha sido un intelectual comprometido. Su ¨²ltima colecci¨®n de ensayos, Zigzack, o su libro de hace unos a?os Europa, Europa son intentos de explicar lo que nos sucede. ?Cu¨¢l cree que es el papel del intelectual en este nuevo mundo? ?Y c¨®mo ve el papel que han jugado los intelectuales en las ¨²ltimas tragedias que ha sufrido este continente, por ejemplo en los Balcanes?R. Una condici¨®n de los intelectuales debe ser de alguna forma que mantengan una posici¨®n cr¨ªtica no s¨®lo hacia los dem¨¢s y sus posiciones sino hacia s¨ª mismos y las propias. La reflexi¨®n sobre uno mismo es una condici¨®n ineludible. Y esta reflexi¨®n es muchas veces muy deficiente. Y por eso se dan esas consideraciones sobre su propio papel por parte de algunos que son megaloman¨ªacas. Muchos intelectuales tienden a exigir del mundo una especie de papel especial. Y cuando se mira el papel de los intelectuales en este siglo no es precisamente esto algo que debiera enorgullecer a nadie. Unos se tiraron a los brazos de los nazis y muchos m¨¢s a los brazos de Stalin y el comunismo. Y si miramos hoy a lo que ha pasado en los Balcanes, en gran medida todas esas matanzas han sido preparadas por los intelectuales.Y, por otro lado, est¨¢n esos intelectuales que siempre van con los buenos. Que desde su c¨®moda vivienda de seis habitaciones o su chalet est¨¢n en favor de esas cosas tan perfectamente aceptables como la paz, la raz¨®n, la justicia o la convivencia, sin reflexi¨®n sobre su propia situaci¨®n en relaci¨®n con ese Tercer Mundo del que hablan. En Francia, por ejemplo, tenemos unos intelectuales que se quieren arrogar un papel de padres de la patria que no corresponde a los tiempos. El pluralismo puede tener sus partes malas, pero est¨¢ claro que entre las buenas est¨¢ el que la sociedad no necesita ya a esos intelectuales que hagan de conductores. Y tanto all¨ª como en Alemania y otros sitios hay quienes no quieren verlo e insisten en asumir papeles del intelectual del siglo XIX. Y asumen una supuesta autoridad moral que no deja de ser una ilusi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.