Los sue?os empiezan a hacerse realidad
Milan, Real Madrid y Athletic siguen los pasos de Benjam¨ªn, el jugador de moda
Se puede asegurar que la grandeza de un deportista depende de la grandeza de sus sue?os. No es que todos los so?adores triunfen, pero tampoco hay triunfador que no haya so?ado desde enano con convertirse en un campe¨®n, que no haya encontrado en el deseo inefable de gloria y triunfos la motivaci¨®n para levantarse todos los d¨ªas de la cama e ir al campo de entrenamiento. Si esto es as¨ª, y no hay por qu¨¦ dudarlo, Benjam¨ªn Zarandona, el chaval del Valladolid que admira a Rivaldo, ser¨¢ un jugador indispensable del f¨²tbol espa?ol del a?o 2000. "Sue?o con jugar en un equipo grande", empieza, pero le parece poco y contin¨²a: "Sue?o con ser figura y ganar t¨ªtulos". Esto ya es serio.Como es seria su evoluci¨®n, de juego y de valor. Hace tres a?os, cuando s¨®lo era la figura del Valladolid B, cobraba 30.000 pesetas al mes m¨¢s el bonobus. Ten¨ªa 18 a?os. Un par de a?os despu¨¦s, cuando ya empez¨® a ser asiduo en las alineaciones del equipo de Primera, pas¨® a cobrar 3,5 millones al a?o; ahora, cuando sabe que esp¨ªas del Milan, del Madrid y del Athletic le siguen semanalmente, ya percibe 24 millones al a?o a cambio de una esclavitud - cl¨¢usula de rescisi¨®n- de 2.000 millones. Un salto grande, pero m¨ªnimo para las cifras que se estilan.
-?Y que dice cuando cualquier defensa de medio pelo, despu¨¦s de derribarle, le dice al o¨ªdo que como se conforma con tan poco, cuando ¨¦l cobra el doble?
-No dice nada -responde Zoran Vekic, su representante. El eligi¨® la seguridad de un contrato largo, de seis a?os. No olvide que viene de una familia humilde.
La seguridad no est¨¢ re?ida con los sue?os. La historia de Benjam¨ªn- reconcilia al f¨²tbol con la vida y lo aleja de la econom¨ªa, lo que no es poco para los tiempos que corren de Liga de las estrellas, cl¨¢usulas de rescisi¨®n megaestratosf¨¦ricas, caprichos de figuras y dem¨¢s. Es la historia que sigue permitiendo so?ar a todos los ni?os que empiezan a darle al bal¨®n en el patio del colegio. Octavo de nueve hermanos, Benjam¨ªn naci¨® en Valladolid porque su padre, emigrante de Portugalete, y su madre, emigrante de Guinea, all¨ª se aposentaron hace 25 o 26 a?os. Se fueron a vivir a Las Delicias, el barrio obrero, al otro lado de las v¨ªas. All¨ª siguen viviendo, Benjam¨ªn con ellos. Al otro lado de las v¨ªas, en otro barrio popular, Los Pajarillos, empez¨® a jugar al f¨²tbol. Y cuando por fin cruz¨® la v¨ªas, el d¨ªa que fue al viejo Zorrilla a unas pruebas de selecci¨®n del Valladolid, supo que iniciaba un camino sin retorno.
Benjam¨ªn vive a gusto como futbolista de moda. Aunque algunos digan que se le ha subido la fama a la cabeza. "No me distrae nada esto, no dejo de pensar en el. equipo, s¨¦ que lo importante es estar aqu¨ª, jugar lo m¨¢s posible". La vive rechazando las cr¨ªticas. Como la de aquel entrenador suyo en juveniles que dice que a¨²n le falta personalidad y atrevimiento. "En el f¨²tbol hay muchos comentarios", dice Benjam¨ªn. "Pero yo soy capaz de corregir mis fallos". Y tambi¨¦n de reconocer el trabajo de los entrenadores por los que ha pasado. Por lo menos se acuerda de todos: "End¨¦riz, Yepes, Tejedor, Redondo, que me hizo debutar en Primera a los 18 a?os, Ben¨ªtez, Cantatore y Kresic, el de ahora. No tengo ninguno favorito. Cada uno con su estilo, me han ense?ado algo". Hasta ha adoptado el discurso rutinario de los futbolistas famosos. Hay que quedar bien con todos.
Benjam¨ªn, el futbolista que llama la atenci¨®n por su zancada de atleta de medio fondo, percepci¨®n est¨¦tica a la que ayudan sus largas piernas -mide 1,88 metros-, su capacidad para desequilibrar y su disparo, tiene un sue?o y tambi¨¦n una referencia. "Me gustar¨ªa ser Rivaldo. Nos parecernos".
Acabar¨¢ siendo Benjamin, sin m¨¢s. Le queda camino por recorrer. Pero tiene un sue?o. Ya no utiliza bonobus. Y ha aprendido a desconectar el m¨®vil.
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