Falos de muerte
El Supremo ha condenado a los 23 miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB) a siete a?os de prisi¨®n por un delito de colaboraci¨®n con banda armada; la conducta enjuiciada no es la defensa pol¨ªtica de posiciones program¨¢ticas radicales (o la exigencia del derecho de autodeterminaci¨®n), sino la decisi¨®n adoptada el 5 de febrero de 1996 por el ¨®rgano directivo de la coalici¨®n para utilizar durante la campa?a electoral del 3-M dos cintas de v¨ªdeo previamente remitidas por ETA. La primera cinta (de 20 minutos de duraci¨®n) fue proyectada en actos convocados por la coalici¨®n en Villabona, Ordu?a y otros lugares; la segunda cinta (de dos minutos de duraci¨®n) fue enviada a las televisiones p¨²blicas del Pa¨ªs Vasco y de Navarra para ser emitida dentro de los espacios electorales gratuitos concedidos a HB: una resoluci¨®n dictada por Baltasar Garz¨®n como juez de instrucci¨®n de la Audiencia Nacional impidi¨® que el spot televisivo (as¨ª como una cu?a enviada a la radio p¨²blica) llegara a ser transmitido.La defensa letrada de los acusados intent¨® enmarcar ese episodio dentro del buc¨®lico escenario del civilizado intercambio de ideas y de propuestas pol¨ªticas propio de una sociedad democr¨¢tica. De creer a sus abogados, los miembros de la Mesa Nacional de HB no hicieron sino ejercer sus derechos constitucionales -especialmente la libertad de expresi¨®n- para difundir la llamada Alternativa Democr¨¢tica formulada en abril de 1995 por ETA como estrategia de paz en el Pa¨ªs Vasco. Sin embargo, la sentencia recuerda que el spot de ETA patrocinado por HB no se limitaba a reivindicar el derecho de autodeterminaci¨®n, la incorporaci¨®n de Navarra al Pa¨ªs Vasco, la amnist¨ªa para los presos condenados por terrorismo y la salida de las Fuerzas Armadas de Euskadi: la cinta encomendaba esa pedag¨®gica tarea a tres encapuchados sentados ante una mesa sobre la que se hallaban tres amenazantes pistolas.
La sentencia considera que la inclusi¨®n en el v¨ªdeo de las armas de fuego constituye el "elemento clave" de ese singular mensaje electoral: esos tres "contundentes argumentos" y la latente amenaza de violencia" implicada en su exhibici¨®n se imponen a cualquier otra connotaci¨®n y transforman en burla macabra la "propuesta de paz" de ETA, ya que las pistolas aparecen como el instrumento imprescindible "de una ostensible decisi¨®n de no cesar aprior¨ªsticamente en la denominada lucha armada". Conscientes probablemente del provocativo car¨¢cter de esa matonesca exhibici¨®n de fuerza, los defensores de los acusados trataron de enmendar el error y reclamaron la ayuda pericial no s¨®lo de algunos ingenuos bertsolaris (autodefinidos como "juglares sabelotodo" sino tambi¨¦n de otros refinados semi¨®ticos (no menos universales en sus conocimientos).
Seg¨²n una perspicaz comunic¨®loga, el dato verdaderamente relevante de los erectos ca?ones de las pistolas mostradas por los tres encapuchados era su significado f¨¢lico: en realidad, los dos v¨ªdeos cedidos por ETA a HB "transmiten esperanza y cordialidad y, en ning¨²n caso, violencia y amenaza". Lejos de conceder la mas m¨ªnima. verosimilitud a esa milagrosa conversi¨®n de las mort¨ªferas pistolas en genes¨ªacos falos, los magistrados afirman que la inclusi¨®n en el v¨ªdeo de las armas de fuego -en manos de los representantes de una banda armada responsable de m¨¢s de 800 asesinatos- tiene un ominoso car¨¢cter intimidatorio: si bien la parte textual del mensaje electoral de ETA no merece reproche penal pese a la radicalidad del contenido, su parte visual transmite a todo el conjunto un aire amenazador y lo convierte en delictivo. La condena de los 23 miembros de la Mesa Nacional de HB por un delito de colaboraci¨®n con banda armada no castiga, as¨ª pues, el ejercicio de la libertad de expresi¨®n al servicio de la pac¨ªfica difusi¨®n un mensaje pol¨ªtico, sino la provocadora exhibibici¨®n televisiva de "un elemento gr¨¢fico definidor de la estrategia coactiva propia de una organizaci¨®n terrorista".
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