Preston asegura que Franco trat¨® a la clase obrera espa?ola peor que HitIer a la alemana
El historiador polemiza con quienes hablan de autoritarismo en lugar de dictadura
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Paul Preston, el autor de la m¨¢s completa biograf¨ªa de Franco, no se anda por las ramas. Para el profesor de la London School of Economics, en Espa?a hubo una dictadura gobernada con mano de hierro por un general: un temible militar africanista. No se trat¨®, pues, de un simple y tibio autoritarismo. ?sa es una de las tesis que sostiene en su ¨²ltimo libro, La pol¨ªtica de la venganza. El fascismo y el militarismo en la Espa?a del siglo XX (Pen¨ªnsula), que ayer present¨® en Barcelona. "El desprecio a la clase obrera que muestra Franco en la guerra civil fue m¨¢s duro que el de los nazis; Hitler trataba mejor a los alemanes no jud¨ªos, claro. Y, desde luego, Mussolini, comparado con Franco, era un santo", afirma Preston.No s¨®lo el historiador brit¨¢nico expresa esta opini¨®n. Himmler, reichf¨¹hrer de las SS, de visita en Madrid en 1940 se mostr¨® francamente impresionado por el trato del nuevo poder con los trabajadores. Por eso, entre otras cosas, Preston no puede compartir la opini¨®n de aquellos que pretenden que en Espa?a hubo una suerte de r¨¦gimen autoritario. "Esa idea cobra mayor fuerza casi al final de la guerra fr¨ªa. Entonces hubo un momento en que a la pol¨ªtica exterior americana le interes¨® apoyar a ciertas dictaduras suramericanas. Si se las llamaba fascistas hubiese costado vender esa ayuda", dice. "Juan Jos¨¦ Linz y Stanley G. Payne son la vertiente espa?ola de esa operaci¨®n de saneamiento. Ellos, cuando hablan de franquismo, se refieren a un r¨¦gimen autoritario, lo cual supone que era menos malo que una dictadura fascista", asegura. Con ello, Preston no quiere decir que fascismo y franquismo sean iguales, sino insistir en la dureza del r¨¦gimen. "Algunos, para exculpar a Franco, dicen que no era fascismo de verdad y es esa idea la que combato", agrega. ?sa es una de las partes del libro en el que repasa la actitud del Ej¨¦rcito espa?ol a lo largo del siglo XX, un ej¨¦rcito movidito: desde 1814 hasta 1981 ha participado en m¨¢s de medio centenar de pronunciamientos o, golpes de Estado.
En 1943, el Ej¨¦rcito se llevaba el 53% del presupuesto nacional: todo en salarios. El propio Franco reconoc¨ªa a?os m¨¢s tarde ante el almirante Forrest P. Sherman que carec¨ªa de radares o equipos antia¨¦reos. Al acabar el desastre de Cuba, en 1898, Espa?a ten¨ªa m¨¢s oficiales por ca?¨®n que el Ej¨¦rcito de Montenegro o el de Rumania. Algo parecido ocurri¨® al finalizar la guerra civil con los alf¨¦reces provisionales, aut¨¦ntica legi¨®n de fieles a Franco.
Poco a poco la situaci¨®n comenz¨® a variar. Con matices. En 1971, el general Angel Campano -dos Cruces de Hierro con la Divisi¨®n Azul en la URSS- quer¨ªa fusilar a 1.000 izquierdistas en plena fiebre de protestas por el Consejo de Guerra de Burgos. "Esos se?ores viv¨ªan en los a?os cuarenta", asegura Preston, para qui¨¦n, afortunadamente, la situaci¨®n ya s e ha normalizado. "El cambio biol¨®gico primero, luego la humillaci¨®n del fracaso del tejerazo y finalmente el ingreso en la OTAN les ha acercado a otro mundo. Eso les ha eliminado la figura del enemigo interior, aunque tambi¨¦n deber¨ªamos analizar cu¨¢l es el enemigo exterior, porque yo no lo s¨¦".
Ese cuadro dantesco hace intuir que en 1975 la transici¨®n debi¨® ser lo m¨¢s parecido a un milagro. "Adem¨¢s del gran papel que jugaron Su¨¢rez y Carrillo", asegura Preston, "el Rey fue clave para que los militares no se adelantasen con un golpe de Estado".
El historiador brit¨¢nico est¨¢ convencido de que la situaci¨®n es irreversible y por ello no ve especialmente preocupantes las opiniones de altos cargos de la dictadura, como Ricardo de la Cierva o Gonz¨¢lo Fern¨¢ndez de la Mora. "Los franquistas van a defender el franquismo: lo grave es que se lo dejen decir en televisi¨®n".
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