Una exposici¨®n re¨²ne en Viena 300 pinturas de la familia Brueghel

La pintura de los hijos de Pieter Brueghel se enfrenta a la obra de su padre en una amplia exposici¨®n del Museo de Historia de Arte en Viena. M¨¢s de 300 pinturas y 30 dibujos procedentes de 70 museos y colecciones privadas realzan la importancia que esta dinast¨ªa de pintores tuvo en el arte europeo.Ambos hijos, Pieter Brueghel, el Joven (1564-1638), y Jan Brueghel (1568-1625) se consideran como figuras claves de la pintura flamenca de principios del siglo XVII. Marcaron pautas para el posterior desarrollo del arte y fijaron la tradici¨®n dando a conocer al mundo, mediante copias, la obra genial de su padre, Pieter Brueghel (1525 / 30-1569), a la que pocos ten¨ªan acceso. Durante siglos, los cuadros de Pieter el Viejo, que pintaba por encargo de las casas reales, se mantuvieron ocultos a la mayor¨ªa porque pasaban directamente de su taller a las colecciones de los monarcas.

El Museo de Historia de Arte posee una tercera parte de las obras del viejo Brueghel, ya que fueron propiedad de los Habsburgo, tales como La construcci¨®n de la torre de Babel, Boda de campesinos o Cazadores en la nieve. A estos se han sumado en esta colecci¨®n lienzos procedentes de Estocolmo, Par¨ªs y Londres, as¨ª como tres cuadros del Museo del Prado de Madrid, entre ellos El triunfo de la muerte. Esta obra se ve expuesta junto a una interpretaci¨®n, casi exacta, hecha por su hijo Jan, conocido por su destreza y exactitud. La diferencia entre ambas pinturas est¨¢ en el detalle: mientras que las calaveras pintadas por el hijo muestran una anatom¨ªa perfecta y confieren a la escena un humor macabro, resulta mucho m¨¢s tenebrosa la impresi¨®n que dan las calaveras imperfectas pintadas por su padre, que recuerdan a la muerte por hambre.

La visita a esta exposici¨®n puede convertirse en un acertijo para descubrir las peque?as diferencias que hay entre los cuadros del padre repetidos por sus hijos dos, tres y hasta m¨¢s veces.

En tomo a la dinast¨ªa Bruegel reina confusi¨®n. La desorientaci¨®n empieza con el nombre, que aparece en tres versiones: Bruegel, Brueghel y Breughel. En este laberinto de identidades, algunas obras han sido adjudicadas al Brueghel que no correspond¨ªa.