Currantes sobre ruedas
M¨¢s de 50.000 personas se ganan la vida en Madrid gracias a su carn¨¦ de conductor, pero los sindicatos se quejan de que el sector carece de estad¨ªsticas fiables
Pasan diez o doce horas diarias aferrados al volante porque en ello les va la vida. Cerca de 50.000 madrile?os se ganan las lentejas todos los d¨ªas gracias a su carn¨¦ de conducir, aunque este colectivo heterodoxo y variopinto que trabaja al mando de un veh¨ªculo (en el c¨¢lculo tambi¨¦n se han incluido los que se manejan con manillar) llega a fin de mes con muy desigual fortuna. Algunos gozan de tranquilizadores convenios colectivos; otros trabajan a destajo y conocen bien esa sensaci¨®n de estar jug¨¢ndose el pescuezo en cada curva.Las cifras de los esforzados currantes de la automoci¨®n, conviene advertirlo de antemano, son s¨®lo aproximadas. Este peri¨®dico las ha recopilado seg¨²n los c¨¢lculos de las delegaciones de transportes en los principales sindicatos, ya que las estad¨ªsticas oficiales son un perfecto misterio. "No hay nada escrito. Mil veces le hemos pedido a la Consejer¨ªa de Transportes un listado de conductores, y nos responden con que no tienen ni idea", advert¨ªa ayer el responsable de la federaci¨®n del transporte en UGT Madrid, Emilio Cerde?o.
En cualquier caso, de lo que no cabe duda es de qu¨¦ colectivo ostenta la condici¨®n de m¨¢s numeroso entre los profesionales de la conducci¨®n: el de los taxistas. Son 15.500 licencias las que operan en la gran urbe, y unas pocas m¨¢s en determinadas ciudades de la regi¨®n (Fuenlabrada, Alcal¨¢ de Henares o Colmenar Viejo, por ejemplo), pero quienes ejercen pulsando el bot¨®n del tax¨ªmetro al inicio de cada carrera rondan los 25.000.
El c¨¢lculo de madrile?os al volante empieza a encontrarse aqu¨ª con los primeros escollos por obra y gracia del pluriempleo. Cualquiera puede haberse llevado la sorpresa de encontrarse en el taxi al mismo conductor que por la ma?ana le acerca a la oficina en una l¨ªnea de la EMT, con lo que el sujeto de esta hip¨®tesis figurar¨¢ en dos relaciones distintas. Ya se sabe, en fin, lo dif¨ªcil que est¨¢ la vida.
Autobuses allende la capital
El transporte de viajeros da de comer a un buen n¨²mero de familias en la regi¨®n, empezando, desde luego, por los casi 5.000 autobuseros que integran la plantilla de la Empresa Municipal de Transportes. Claro que, como no s¨®lo de transporte urbano vive el hombre, va siendo hora de engrosar la lista de obreros del volante con esas firmas comerciales que se encargan de enlazar Madrid con los cuatro puntos cardinales de la regi¨®n: Continental (350 empleados s¨®lo en la plantilla madrile?a), Autobuses Urbanos del Sur (400 compa?eros de fatigas), De Blas, Llorente (ambas, con unos 300 conductores de plantilla) y otras tantas. Total, otros 3.500 profesionales m¨¢s -centena arriba, centena abajo- para engrosar este gran listado de la automoci¨®n.?Y qu¨¦ hay de los servicios interurbanos? "La mayor parte de los ch¨®feres est¨¢n dados de alta en otras provincias, porque los convenios suelen ser m¨¢s bajos que en Madrid", apunta el sindicalista Cerde?o. Con todo, conviene agregar a la lista otros 500 asalariados.
Es discutible si se debe aumentar la n¨®mina con los 1.300 hombres que asumen los mandos de los 1.076 convoyes de metro que surcan durante 19 horas al d¨ªa ese magn¨ªfico laberinto de t¨²neles que recorre de cabo a rabo las entra?as de la ciudad. Las modernas unidades est¨¢n tan automatizadas que el error humano queda relegado a la categor¨ªa de lo impensable, pero, a fin de cuentas, esos se?ores son los que conducen el veh¨ªculo a buen puerto. O, en este caso, a buena estaci¨®n.
Menos dudas despiertan otros colectivos: los 500 conductores de ambulancias, por ejemplo, y eso sin contar las de Cruz Roja, Seguridad Social o el Samur. O el millar de personas que se dedican al reparto domiciliario de cartas y valijas de banco en firmas como Dicorma o Esabe. O los ruteros, los repartidores de prensa diaria y semanal: unos 200 contratados, cinco veces m¨¢s como aut¨®nomos. Y ese mundo inescrutable de la mensajer¨ªa, en el que el pluriempleo tambi¨¦n enreda cualquier estimaci¨®n num¨¦rica. "La mayor¨ªa trabaja media jornada, y luego, si es que dispone de una furgonetilla, hace otra cosa durante el resto del d¨ªa", apunta una fuente del sector.
Los m¨¢s depauperados, con todo, son los repartidores de comida a domicilio. Estos jovenzuelos disponen apenas de un contrato mercantil, pero un s¨¢bado por la noche pueden realizar m¨¢s de una docena de repartos, a veces -quiz¨¢ por esas cosas de la edad- jug¨¢ndose el pescuezo en el asfalto. "En determinados sitios ni siquiera est¨¢n dados de alta: reparten sus cuatro pizzas durante el fin de semana, se sacan 5.000 pelillas, y hasta el fin de semana siguiente", concluye el portavoz ugetista de transportes. S¨®lo las propinas disimulan, a veces, la extrema precariedad.
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