Cauta retirada
LA EN?RGICA condena del Consejo Europeo se uni¨® ayer a la de la totalidad de las fuerzas democr¨¢ticas en los pactos de Ajuria Enea y Madrid: ETA est¨¢ sola, y si persiste, es porque la divisi¨®n de los dem¨®cratas, y a veces tambi¨¦n la frivolidad de aliados epis¨®dicos, le hace mantener la esperanza de que tal vez matando m¨¢s sea posible hacer ceder a la mayor¨ªa. Pero tambi¨¦n ese bal¨®n se est¨¢ desinflando. Por eso la declaraci¨®n europea -sin precedentes- es muy importante: viene a se?alar con meridiana claridad la soledad internacional de los terroristas. Y en el ¨¢mbito interno, los sindicatos ELA y LAB, que la semana pasada se hab¨ªan unido a Herri Batasuna (HB) en la convocatoria de una manifestaci¨®n y un paro por la condena a los 23 dirigentes de ese partido, decidieron ayer desconvocarlos. LAB finalmente se adhiri¨® al llamamiento de HB a una manifestaci¨®n, prohibida por la consejer¨ªa vasca de Interior, y una "jornada de lucha". Pero al menos ELA, el primer sindicato de Euskadi, se ha desenganchado de ese carro. Ha decidido hacerlo porque el asesinato de Jos¨¦ Luis Caso "es incompatible con las condiciones en que planteamos la manifestaci¨®n y el paro".Hay que felicitarse por la decisi¨®n del sindicato, pero conviene recordar que las condiciones no han variado b¨¢sicamente: ETA ya hab¨ªa intentado asesinar a una concejala la semana pasada, y no hace mucho a otros dos en un pueblo de M¨¢laga. Todo ello con la aquiescencia de los frentes pol¨ªtico y sindical del conglomerado que gira en torno a ETA. Que los terroristas no alcanzaran su objetivo por unos segundos no modifica el sentido de su acci¨®n. Si hoy no hay condiciones para desfilar junto a HB, tampoco la semana pasada.
El motivo de la rectificaci¨®n ha sido m¨¢s probablemente el temor de que la irritaci¨®n de los ciudadanos contra el mundo de ETA y HB alcance tambi¨¦n a ELA y, a trav¨¦s suyo, a todo el nacionalismo democr¨¢tico. En otras palabras: el temor a que, contra lo que ellos mismos hab¨ªan pronosticado, el llamado esp¨ªritu de Ermua siga vivo entre la poblaci¨®n. Lo que ocurri¨® en el Pa¨ªs Vasco tras el asesinato de Miguel gel Blanco fue algo m¨¢s profundo que una epis¨®dica explosi¨®n de indignaci¨®n: fue una rebeli¨®n contra la pol¨ªtica de aceptaci¨®n pasiva de la dictadura de ETA y HB. De esa pol¨ªtica ven¨ªan participando muchos dirigentes pol¨ªticos a los que no les iba especialmente mal con ella. Tambi¨¦n, sectores con influencia en la opini¨®n que, incapaces de enfrentarse a la dictadura de los violentos, hab¨ªan acabado busc¨¢ndole razones a esa imposici¨®n. La idea de que hab¨ªa que buscar "una paz justa" -es decir, a cambio de concesiones pol¨ªticas- era una de las manifestaciones mas perversas de esa mentalidad. Contra ella se dirig¨ªa el esp¨ªritu de Ermua, y de ah¨ª el inter¨¦s de algunos por enterrarlo. De ah¨ª tambi¨¦n el temor a que el asesinato de Ir¨²n vuelva a despertarlo.
Arzalluz ofreci¨® ayer dos explicaciones posibles consider¨® incoherencia de ETA o est¨¢n infiltrados o ha fallado la conexi¨®n entre la direcci¨®n y los comandos. No se le ocurri¨® una tercera: que han matado porque eso es lo que quer¨ªan hacer. Hay constancia de que los estrategas de la banda interiorizaron como una prueba de su importancia la conmoci¨®n mundial provocada por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco. Por eso ordenaron seguir asesinando a concejales del PP. Cualquiera que lea las publicaciones de HB comprobar¨¢ que lo que une a ese mundo heterog¨¦neo es la adhesi¨®n a ETA: a la necesidad de la lucha armada, a su legitimidad incuestionable. Es culpable la ignorancia de quienes prescinden de esa evidencia. No s¨®lo entre los nacionalistas: Javier Madrazo, l¨ªder local de IU, se ha convertido en el adalid de la adaptaci¨®n a la situaci¨®n.
Tampoco los grandes partidos nacionales han estado a la altura de sus responsabilidades. Los enfrentamientos por minucias de estos ¨²ltimos d¨ªas revelan lo poco que duran las promesas que siguen a cada atentado. ?Tan dif¨ªcil es mantener los compromisos, y una l¨ªnea de coherencia, durante al menos tres meses seguidos? Todo el asunto de los indultos ha sido lamentable. Quiz¨¢ Almunia fue imprudente, pero era obvio que se trataba de algo secundario en el mensaje transmitido a Aznar. No obstante lo cual, enseguida aparecieron voces reafirmando el error. Y si Mayor Oreja estaba en desacuerdo con las burdas descalificaciones del porta voz Rodr¨ªguez, debi¨® decirlo claramente ese mismo d¨ªa, sin dejar que la bola siguiera rodando.
Falta perseverancia. Movilizaciones como la convocada por la Mesa de Ajuria Enea son necesarias para respaldar la firmeza de los partidos frente a los intentos de imposici¨®n de ETA y HB. Pero ese respaldo servir¨¢ de poco si tal firmeza brilla por su ausencia; si, en cuanto la gente se vuelve a su casa, cada partido comienza de nuevo a negociar una especie de paz por separado, y todos ellos a hacerse la guerra entre s¨ª.
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