Las ni?as musulmanas de Girona vuelven al colegio el pr¨®ximo lunes
Las alumnas no ir¨¢n a clase de m¨²sica y gimnasia
El s¨²bdito marroqu¨ª Mohamed Hajou permitir¨¢ que sus tres hijas, Hadija, Hadia e Isha, de entre siete y nueve a?os, vuelvan el pr¨®ximo lunes al colegio Mare de D¨¦u del Mont de Girona, porque le han asegurado que no tendr¨¢n que asistir a las clases de gimnasia y m¨²sica. Hajou, de profundas convicciones musulmanas, dice que sac¨® a sus hijas del centro hace casi tres meses porque se las forzaba a cursar dichas asignaturas.
Se da la circunstancia de que los dos hijos varones de Hajou, Mohamed y Samir, acuden a la escuela sin problemas, pero a la hora de m¨²sica, estudian catal¨¢n. Hajou lleva unos siete a?os viviendo en Girona, pero su esposa y sus cinco hijos, llegaron hace tan s¨®lo ocho meses.Durante los ¨²ltimos tres meses las ni?as han permanecido en casa, junto a su madre, y s¨®lo han salido a la calle los fines de semana, acompa?adas de su padre, para ir a rezar a la mezquita. Hajou no entiende que alguien pueda reprocharle que mantenga encerradas a sus hijas y argumenta que s¨®lo desea protegerlas y librarlas de los males que acechan fuera.
"La m¨²sica es el demonio", afirma Hajou, al tiempo que reconoce que jam¨¢s ha cantado una canci¨®n y que si escucha m¨²sica por la calle lo hace como quien oye el ruido de los coches. Samir, de 15 a?os, asiente ante las palabras de su padre y asegura que la televisi¨®n es el otro demonio: "S¨®lo se aprende a robar", sentencia.
Seg¨²n Hajou, los dem¨¢s marroqu¨ªes de Girona no tienen problemas con la escuela porque practican lo que ¨¦l califica de "islam americano", una concepci¨®n de la religi¨®n m¨¢s f¨¢cil y menos rigurosa. Y asegura que a este grupo pertenecen tambi¨¦n los representantes de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a, que han mediado en el conflicto.
Perdido el rumbo
Hajou se esfuerza en dejar bien claro que hay muy pocos musulmanes de verdad. "Los que vinieron a Espa?a en los tiempos de Franco para matar gente no eran musulmanes, eran moros", apostilla. Hajou lamenta que muchos de sus compatriotas hayan perdido el rumbo que marca el Cor¨¢n. "Est¨¢n confundidos, s¨®lo piensan en trabajar, comer y dormir", asegura.El padre de Mohamed Hajou pas¨® 28 a?os de su vida trabajando en Alemania y jam¨¢s permiti¨® que su familia se reuniera con ¨¦l. A pesar de que aconsej¨® a su hijo que siguiera su ejemplo, Mohamed decidi¨® traerse a su familia. Aunque preve¨ªa los problemas que podr¨ªan surgir en su nueva sociedad, asegura no estar arrepentido de su decisi¨®n.
Mohamed Hajou est¨¢ convencido de que no pueden obligar a sus hijas a ir en contra de su religi¨®n. "Un pa¨ªs democr¨¢tico no puede obligar a la gente a hacer cosas que no quiere", opina.
El Departamento de Ense?anza de la Generalitat amenaz¨®, en el momento en que estall¨® el caso, con trasladar el caso a la Fiscal¨ªa de Menores si no fructificaban las negociaciones iniciadas con la familia de las ni?as. El delegado de este departamento en Girona, Angel Guirado, lleg¨® a sugerir a Hajou que si no aceptaba el marco legal, mandara de vuelta a sus hijas a Marruecos.
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