La juerga no cierra
Los bares de copas y sus clientes se resisten a cumplir el horario de clausura impuesto por la Comunidad
La noche de Malasa?a, el barrio que se ha convertido en el epicentro de la movida nocturna, se calienta a partir de la 2.00, al borde de la hora de cierre de los bares de copas. "La gente llega a esa hora porque primero se han ido a cenar por ah¨ª y, entre que se toman la ¨²ltima copa de la cena y buscan sitio para aparcar, aqu¨ª [un caf¨¦ teatro de la calle de San Vicente Ferrer] no viene nadie", explicaba la madrugada del s¨¢bado el portero del establecimiento. Pero es a partir de las 2.30, justo la hora de clausura de los bares, cuando la fiesta entra en su apogeo y queda fuera de la ley."Hasta esa hora, el local est¨¢ medio vac¨ªo. S¨®lo a partir de las dos y media es cuando se empieza a hacer negocio", se justific¨® Antonio, el propietario de un bar de copas de Malasa?a. Y no ment¨ªa. El movimiento en la madrugada de ayer por las calles de Malasa?a era incesante. La gente iba de bar en bar en grupos m¨¢s o menos numerosos. Buscaban la pen¨²ltima copa de la noche. Por lo general, reinaba un buen ambiente, aunque, como siempre, hubo algunos radicales que confirmaron la regla: orinaban a su antojo, llenaban la calle de basura y profer¨ªan c¨¢nticos extremistas. La hora punta fue entre las 2.30 y las 4.30. A partir de esa hora, la juerga se fue apagando, eso s¨ª, en una lenta agon¨ªa. Pero, entretanto, los locales de copas mantuvieron las puertas abiertas. Y es que, para ellos, sacar adelante sus negocios tiene m¨¢s fuerza que el temor a las prohibiciones que impone la nueva normativa del Gobierno regional. "Las leyes las hacen los pol¨ªticos desde sus sillones de cuero, pero la calle es otra cosa", se quejaba el propietario de un local.
Castigo y miedo
La ley de espect¨¢culos que aprobar¨¢ la Comunidad antes de fin de a?o otorga a los Ayuntamientos la potestad de castigar con restricciones en el horario de cierre a los establecimientos que acumulen denuncias vecinales. El concejal de Seguridad, Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa, asegur¨® el viernes que el consistorio va a echar mano de esa facultad para sancionar a los locales conflictivos. Estas declaraciones han tenido repercusiones negativas tanto entre los empresarios de la noche como en sus clientes."Si nos cierran a la una y media, nos arruinan el negocio", afirm¨® Antonio. Los clientes aseguraron en la madrugada de ayer que est¨¢n al corriente de la pol¨¦mica guerra de las copas: "Nosotros no s¨®lo no estamos en contra de que se cierre antes, sino que nos gustar¨ªa que los bares tuvieran el mismo horario que las discotecas, porque a nosotros nos gusta ir de bares y no de discotecas. Tenemos derecho a elegir", opin¨® David, de 21 a?os, estudiante de cuarto de Derecho.
"No se puede ampliar el horario sin tomar las medidas preventivas oportunas. Lo que el Ayuntamiento tendr¨ªa que exigir son mayores medidas de insonorizaci¨®n, porque, aunque los propietarios de los locales se tengan que gastar m¨¢s dinero, si les permiten abrir hasta m¨¢s tarde, amortizar¨¢n su inversi¨®n a medio plazo", explic¨® Pablo, de 21 anos y estudiante de Derecho y Empresariales. Francisco G¨¢lvez, jubilado de 66 a?os vestido con un cl¨¢sico abrigo verde, estaba ayer de marcha por Malasa?a. Le acompa?aba su mujer, Mar¨ªa Teresa D¨ªaz, con abrigo de pieles. Ven¨ªan de bailar. G¨¢lvez, conocedor de los entresijos de la noche, explic¨® que lo que le entristece de Madrid es "el lamentable estado en el que queda la ciudad las noches de fin de semana". Pero a?adi¨® que "eso no es culpa de los bares de copas, sino de los establecimientos que venden bebidas durante toda la noche", explic¨®.
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