Estefan¨ªa
"Estefan¨ªa no tiene recetas, pero s¨ª convicciones". La frase es de Sami Na?r, asesor del primer ministro Jospin. No estaba la otra tarde en la presentaci¨®n del libro de Estefan¨ªa Contra el pensamiento ¨²nico, del que es epiloguista. Se ley¨® una carta suya a la audiencia, que llenaba a rebosar el sal¨®n Valle-Incl¨¢n del C¨ªrculo de Bellas Artes.Es lo que tiene Madrid, y no muchas otras ciudades; que, por las tardes, puedes o¨ªr a Juan Cueto, Antonio Mu?oz Molina, Victoria Camps, Juan Cruz, Jes¨²s Ceberio y Joaqu¨ªn Estefan¨ªa denostando la moderna plaga del pensamiento ¨²nico en un sal¨®n lleno de gente que no lo puede ver ni en pintura. Y con Felipe Gonz¨¢lez en primera fila.
Yo me hab¨ªa asesorado antes de subir al quinto piso. Mientras esperaba el ascensor -los ascensores, el gran problema del C¨ªrculo-, cre¨ª entenderle a Eduardo Haro Tecglen, de quien me f¨ªo, que los que profesan el pensamiento ¨²nico no piensan nada, y eso, nada, es lo ¨²nico que piensan. Existe, sin embargo, un pensamiento ¨²nico, y el libro de Estefan¨ªa es una muy inteligente exposici¨®n de esa difusa doctrina cuyo principio fundamental es la supremac¨ªa del mercado y la consideraci¨®n del hombre como un "recurso hurnano".
Contra este neoliberalismo en el que la econom¨ªa se?orea a la pol¨ªtica, Estefan¨ªa no tiene recetas. Propone una panoplia de argumentos "mestizos", tomados de diversas ideolog¨ªas. E invita a la izquierda a la reflexi¨®n. De todos los intervinientes, por cierto, el que con mayor ah¨ªnco insisti¨® en la necesidad de esa reflexi¨®n fue Mu?oz Molina. "La necesitamos ?ya!", dijo, y arranc¨® alg¨²n aplauso.
Cueto se pregunt¨® si hab¨ªa un pensamiento ¨²nico espa?ol. Nos miramos, perplejos, unos a otros. Lo que se llama un cuerpo de doctrina no parece que exista aqu¨ª. Pero Estefan¨ªa record¨® que las cosas est¨¢n cambiando en Francia, Reino Unido o Italia y dijo: "Me temo que, como sucede con otras muchas cosas, cuando los europeos salen del pensamiento ¨²nico, nosotros vamos entrando".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.