Tres d¨¦cadas de 'Sgt. Pepper's', de los Beatles, un ¨¢lbum que transform¨® las reglas del rock
Un libro del productor George Martin revela las interioridades de la grabaci¨®n
Hace 30 a?os, los Beatles ense?aron al mundo del rock que todo era posible; 1967 fue su annus mir¨¢bilis: lanzaron el deslumbrante Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, aparte de Strawberry Fields forever, All you need is love o I am the watrus. Mientras que la BBC vetaba A day in the life, defend¨ªan p¨²blicamente la marihuana y el ¨¢cido, a la vez que se enrolaban en la Liga de Regeneraci¨®n Espiritual. E iniciaban un experimento, de capitalismo hippy con Apple. El verano del amor, un libro de su productor, George Martin, explica la trastienda de aquella f¨¢brica de prodigios.
De todos los abundantes candidatos al t¨ªtulo de quinto beatle, George Martin es el que re¨²ne mayores m¨¦ritos... y, tambi¨¦n, el m¨¢s improbable. Le separaban 17 a?os del m¨¢s joven de sus volc¨¢nicos pupilos, George Harrison. Ten¨ªa un aspecto de pulcro aviador o de discreto hombre de la BBC, ampleos que hab¨ªa desempe?ado antes de entrar en la discogr¨¢fica EMI. Culturalmente, era ajeno al universo del rock: su curr¨ªculo como productor se limitaba al jazz, la m¨²sica cl¨¢sica y el humor. Socialmente, este hijo de la clase media londinense poco ten¨ªa que ver con cuatro reto?os del proletariado de Liverpool. Su estilo de vida era convencional: en El verano del amor, reconoce su despiste cuando intenta ocuparse de un John Lennon alucinado, "lo que necesitas es respirar aire fresco", sin comprender que est¨¢ viajando con LSD y que no es buena idea subirle a un tejado.
Una relaci¨®n productiva
No obstante, en lo musical, la relaci¨®n fue gloriosamente productiva. Su formaci¨®n cl¨¢sica sirvi¨® para que los Beatles no se extraviaran cuando ampliaron el formato de bajo-bater¨ªa-guitarras: pod¨ªa traducir las balbuceantes intuiciones de Lennon y McCartney, integrando un cuarteto de cuerda, una secci¨®n de metales o toda una orquesta sinf¨®nica sin que se advirtieran las costuras. Y compart¨ªa el entusiasmo de los de Liverpool por la exploraci¨®n tecnol¨®gica.En El verano del amor, el libro que acaba de publicar la leridana editorial Milenio, Martin describe minuciosamente sus t¨¦cnicas de grabaci¨®n. En 1967, el mundo se asombr¨® de que los Beatles hubieran pasado 700 horas confeccionando Sgt. Pepper y de su alto coste (25.000 libras de entonces). Esas cifras no asustar¨ªan a las superestrellas actuales, pero todav¨ªa impresiona recordar que el disco se hizo en cuatro pistas, utilizando ingeniosos m¨¦todos manuales para elaborar los pasajes m¨¢s experimentales (Martin menciona que los operadores de Abbey Road se pon¨ªan batas blancas para trabajar).
Los Beatles rompieron las reglas de lo que se pod¨ªa hacer pon el rock en una industria jerarquizada y conservadora. Asombra que, obligados a utilizar otro estudio de grabaci¨®n, los Beatles no pudieran contar con su ingeniero habitual, empleado en exclusividad en Abbey Road. Divierte leer c¨®mo buscaron un uso musical al papel higi¨¦nico de Abbey Road, ¨¢spero y marcado con el lema "Propiedad de EMI". Y es que la taca?er¨ªa de las casas fonogr¨¢ficas era inconcebible. En 1965, Martin hizo cuentas, descubri¨® que sus producciones hab¨ªan generado ganancias millonarias y pidi¨® una bonificaci¨®n, para compensar lo exiguo de su sueldo: le fue denegada y se march¨® para fundar la productora Associated Independent Recordings (AIR); en adelante, EMI tuvo que contratarle para cada proyecto, tras negociar los correspondientes adelantos y porcentajes.
Traducido y anotado extensamente por Ricardo Gil Salinas, profesor de la Universidad de Zaragoza, El verano del amor es un fest¨ªn de informaci¨®n confidencial, con revelaciones sobre el car¨¢cter de los cuatro m¨²sicos: "Si se romp¨ªa una cuerda en su guitarra, John se dedicaba a lanzar miradas a diestro y siniestro en busca de alguien que se la reemplazara. Su frase favorita era 'seguro que t¨² puedes arreglarlo'. Si ten¨ªa que reparar un fusible lo m¨¢s probable era que se electrocutara. Si ten¨ªa que reparar una canci¨®n, sin embargo, era capaz de darle un giro nada ortodoxo y totalmente imprevisto que la impregnaba de genialidad".
Tambi¨¦n se incluye suficiente material para alimentar un Trivial Pursuit exclusivo para fans obsesivos de los Beatles, esos que disfrutan sabiendo que en la fiesta de presentaci¨®n de Sgt. Pepper se sirvi¨® gazpacho o que EMI, con fuertes intereses en la India, impuso que se eliminara a Ghandi del collage de personajes de la c¨¦lebre portada.
Heterodoxias
Sgt. Pepper cay¨® como una bomba de creatividad en el mundo del rock: alent¨® todo tipo de heterodoxias y no pocos disparates. David Crosby, entonces de The Byrds, se pasmaba de que un disco tan bello no hubiera detenido la guerra de Vietnam. Muchas median¨ªas, que no contaban con los m¨²ltiples talentos de los Beatles ni con un George Martin para disciplinar sus delirios, se sintieron autorizados a desmadrarse; tiene l¨®gica que se opine que Sgt. Pepper supuso una influencia maligna en el devenir del rock.No obstante, mantiene su magnetismo, a pesar de que fuera satirizado inmediatamente -por Frank Zappa, en We're only in it for the money- o bastardizado por Robert Stigwood, el magnate de Fiebre del s¨¢bado noche, con su versi¨®n cinematogr¨¢fica de 1978. Hoy, sigue ganando encuestas y todav¨ªa sirve de punto de referencia: basta o¨ªr a Oasis para comprobar que el Sargento Pimienta no ha dejado de contar con nuevos reclutas para su multicolor Banda del Club de los Corazones Solitarios.
Babelia
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