Espermatozoides
Al sexo masculino le sucede lo mismo que al PSOE: ambos est¨¢n capitidisminuidos. Tienen menos futuro, seg¨²n el p¨¢lpito predominante, que el peat¨®n madrile?o empe?ado en bajar por la acera derecha de Bravo Murillo desde Cuatro Caminos a Islas Filipinas. Bueno, preciso es reconocer que lo nuestro, lo de los varones, fue m¨¢s gradual, pero tambi¨¦n en este punto, cual sucede con el cambio clim¨¢tico, se han registrado dram¨¢ticas modificaciones desde que yo me asom¨¦ a este valle de l¨¢grimas. En mis tiempos infantiles, el padre era la autoridad competente por antonomasia. Los ni?os s¨®lo pod¨ªamos hablar "cuando las gallinas mean", o sea, nunca, pero ellos, los progenitores, ten¨ªan licencia para endilgarnos eg¨®latras soliloquios, punirnos cruentamente con raz¨®n o sin ella y tambi¨¦n para amenazarnos con ir al infierno o, lo que resultaba mucho m¨¢s pavoroso, internos al colegio de los reverendos padres Escolapios de Getafe. Era una infancia todav¨ªa dickensiana. Cuando nos lleg¨® el turno de reproducirnos, comprendimos enseguida que "las cosas ya no eran como antes". Se hab¨ªa inventado algo llamado "lucha generacional", y si el paterfamilias intentaba convertir a sus reto?os en "hombres de provecho", ¨¦stos le tildaban de s¨¢trapa, amenazaban (?qui¨¦n lo iba a decir hoy!) con marcharse de casa y al infeliz no le quedaba m¨¢s remedio que ponerse de hinojos y pedir perd¨®n. Hab¨ªa perdido la primogenitura.Ese pobrecillo ha caminado desde entonces a la deriva. En la calle acaso fuera alguien, pero en casa, por mucho que se esforzase, siempre quedaba relegado a la condici¨®n de cero a la izquierda, porque la nueva situaci¨®n paternofilial se superpon¨ªa, sin alterarlo, al tradicional matriarcado mediterr¨¢neo.
Ciertas noticias publicadas a principios de los noventa asestaron un nuevo golpe bajo, nunca mejor dicho, a la ya deca¨ªda moral del antiguo macho ib¨¦rico (y otros machos de por ah¨ª). Seg¨²n un estudio publicado a la saz¨®n por un tal doctor Skakkebaek, de nacionalidad danesa, los espermatozoides del Occidente industrializado hab¨ªan descendido un 50% entre 1940 y 1990. El doctor Barri, del instituto barcelon¨¦s Dexeus, ratific¨® estos datos, mientras el doctor Caballero, del hospital madrile?o Ram¨®n y Cajal, afirmaba que, si anta?o un 70% de los donantes de semen superaba los an¨¢lisis previos, hoga?o tal cifra hab¨ªa quedado reducida al 40%. En unas manifestaciones m¨¢s recientes (EL PA?S, 14 de diciembre), el mismo doctor ha aseverado que desde 1955 s¨®lo acepta un tercio de los candidatos a donantes. El proceso de degradaci¨®n aumenta, seg¨²n corrobora la revista Time (15 de diciembre). Ahora mismito, el descenso en el porcentaje de espermatozoides es del 1,5 en Estados Unidos y de un 3 en Europa. Sobre Espa?a y su capital no se aportan datos m¨¢s concretos, pero, teniendo en cuenta los baj¨ªsimos baremos de natalidad con que obsequiamos a la madre patria, as¨ª como ciertos datos aportados por los psic¨®logos sobre la desgana sexual (por lo menos en casa) de los ejecutivos estresados y afines, par¨¦ceme a m¨ª que el horno no est¨¢ para bollos, icarallo!
Y digo yo que ¨¦sta debe ser la raz¨®n por la cual nuestras famosas en celo cruzan el charco o traspasan fronteras para buscar entre los varones latinos buenos reproductores o, sencillamente, "arrimadores de material". En aquel hemisferio todav¨ªa quedan hombres mejor dotados de espermatozoides y dem¨¢s mecanismos. Pero, bueno, a lo que iba: resulta que todo este traj¨ªn repercute en la buena sociedad madrile?a (supongo que hoy se denomina as¨ª a quienes salen constantemente en la tele), porque el novio for¨¢neo de la famosa se hace a su vez famoso, por ef¨ªmero que haya sido su himeneo, comienza a salir por ah¨ª solito, consigue sus propias fans, firma aut¨®grafos, le pagan generosamente por cualquier tontuna (entrevista, gorgorito discogr¨¢fico, papel¨ªn peliculero), acude a los saraos... Al rev¨¦s (espa?ol en edad de merecer y ¨®vulo ex¨®tico) tambi¨¦n pasa, pero de momento no se ha quedado pre?ado ninguno de los dos, o al menos no me lo pareci¨® la novia de nuestro pitoniso m¨¢s incombustible, a quien vi la otra noche por los salones ya sola, en plan diva y con su s¨¦quito. Un colega del coraz¨®n me asegur¨® que la chiquilla cobra ya medio kilo por party. ?Valor!
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