F¨¦nelon, contra la demagogia musical
La creaci¨®n mundial de Salammbo no es el primer desaf¨ªo que afronta Philippe F¨¦nelon, que los ¨²ltimos a?os ha presentado ya una ¨®pera en Par¨ªs -Le chevalier imaginaire- y ha musicado unos poemas de Rilke, pero s¨ª es el m¨¢s ambicioso. "No es lo mismo componer para una gran orquesta que para un peque?o grupo instrumental, eso est¨¢ muy claro. En el caso de Salammbo, intento que haya un paralelismo entre la historia de la ciudad y una cierta historia de la m¨²sica. El drama es el de la destrucci¨®n de Cartago y el c¨®mo la ciudad pasa de una cultura religiosa a otra civil, el c¨®mo los mercenarios se hacen con el poder e imponen el fascismo. Para explicar todo esto ¨²ltimo me sirvo de referencias a Carl Orff, de una instrumentaci¨®n en la que los tambores tienen un gran protagonismo, de manera que todo adquiere el relieve propio de los actos totalitarios".
Alumno de Messiaen, F¨¦nelon se indigna cuando le sugieren la posibilidad de incorporar ciertos instrumentos o melod¨ªas africanas a su Salammbo porque piensa que hoy la m¨²sica "padece la mala conciencia del colonizador". Esa mala conciencia la descubre en determinadas situaciones como en "ese empe?o por hacerme escuchar unos percusionistas africanos o descubrirme unos ritmos repetitivos orientales como si fuesen una revelaci¨®n. ?Ese tipo de estructuras r¨ªtmicas, de juego con la melod¨ªa, ya se encuentran en la m¨²sica europea del XVI! El resultado de todo eso es que yo presto una atenci¨®n paternal y sincera a cosas que carecen de inter¨¦s, pero yo no tengo derecho a explicarme so pena de ser calificado de racista o de agente del imperialismo cultural. Yo escucho, pero ellos no. En todo ese entusiasmo por lo ¨¦tnico hay mucha demagogia".
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