Zedillo ordena perseguir a los responsables de la matanza y reitera que pactar¨¢ con los zapatistas

El rostro del M¨¦xico bronco que el lunes asom¨® en Chiapas busca sabotear de forma irreversible un acuerdo del Gobierno con los zapatistas, al que se oponen los sectores m¨¢s duros de los caciques locales. As¨ª pareci¨® comprenderlo Ernesto Zedillo, que en una intervenci¨®n especial se dirigi¨® ayer al pa¨ªs para dejar claro que no lo conseguir¨¢n. El presidente mexicano reafirm¨® su "indeclinable voluntad de llegar a un acuerdo con la insurgencia zapatista" y orden¨® perseguir con todo el peso de la ley a los autores materiales y a los inductores de la matanza de 46 campesinos que ha estremecido a M¨¦xico.

M¨¦xico se despert¨® ayer conmocionado. Pero la conmoci¨®n se fue transformando en dolor a medida que nuevos datos arrojaban claridad sobre la matanza del lunes en Acteal. En eso, unas declaraciones del gobernador del Estado de Chiapas, Julio C¨¦sar Ruiz Ferro, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Ernesto Zedillo, en las que aseguraba que "no es tiempo de lanzar acusaciones", acabaron de desquiciar el ambiente en todo el pa¨ªs. Diversos grupos de derehos humanos, as¨ª como la di¨®cesis de San Crist¨®bal de las Casas, apuntan a grupos paramilitares vinculados y apoyados por el PRI local como responsables ¨²ltimos de la matanza del lunes.Ante el nivel de la protesta nacional, atronadora en todas las radios del pa¨ªs, el presidente Zedillo arrebat¨® el caso de las manos de Ruiz Ferro y decidi¨® que sea la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR), la fiscal¨ªa federal, la que investigue los hechos.

"Quienes han participado en la planeaci¨®n y la ejecuci¨®n de este acto deben recibir todo el peso de la ley, con independencia de su condici¨®n social, pol¨ªtica o religiosa, ya que nada puede justificar la atrocidad que han cometido", afirm¨® el presidente. Se trata de un "cruel, absurdo e inaceptable acto criminal".

EE UU urgi¨® al Gobierno de M¨¦xico a investigar la matanza. "Esto es algo horroroso y el Gobierno de Estados Unidos urge al de M¨¦xico para que investigue con rapidez y por completo lo que ocurri¨®, y para que garantice una adecuada protecci¨®n de los ciudadanos de esa regi¨®n", dijo un portavoz del departamento de Estado.

La oposici¨®n deplor¨® la masacre. Los conservadores del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN) advirtieron del riesgo de que la violencia se extienda a otras regiones del Estado de Chiapas y pidieron la inmediata intervenci¨®n del Gobierno federal. La izquierda del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), primera fuerza de oposici¨®n en la C¨¢mara de Diputados, fue m¨¢s all¨¢ y acus¨® al Ejecutivo de Zedillo de ignorar el sufrimiento de los ind¨ªgenas chiapanecos.

"La divisa del Gobierno, en el caso de Chiapas, ha sido la cerraz¨®n, mostrando notable indiferencia ante las violaciones de los derechos humanos de los grupos m¨¢s indefensos de nuestro pa¨ªs", dijo el PRD, al tiempo de pedir a Zedillo que detenga la "barbarie caciquil"

En el punto de mira est¨¢n los grupos paramilitares surgidos como oposici¨®n a las bases de apoyo del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) en la Zona Norte y Los Altos de Chiapas. Sus nombres son Paz y Justicia, Los Chinchulines y otros. Todos tienen v¨ªnculos m¨¢s o menos expl¨ªcitos con el PRI y con caciques ganaderos y terratenientes locales.

Los paramilitares o escuadrones de la muerte, como los llama la di¨®esis de San Crist¨®bal, se oponen al di¨¢logo de paz y es a ellos a quien favorece el empantanamiento de las negociaciones entre el Gobierno y los zapatistas, cuyo ¨²ltimo contacto tuvo lugar hace casi un a?o.

A este respecto, el vicario Gonzalo Ituarte dijo que con la masacre se aleja la paz en Chiapas, pues se trata de "un hecho de guerra, una provocaci¨®n, pues cada vez que ha habido pasos de pacificaci¨®n, pasos de di¨¢logo (como los que se intentaron hace unos d¨ªas entre pri¨ªstas y zapatistas en Chenalh¨®) ha habido acciones que sabotean".

Muertos de ambos lados

Empobrecidos desde hace siglos, los ind¨ªgenas de Chiapas destacan especialmente en el mapa de la miseria extrema en M¨¦xico. Explotados y humillados, golpearon la conciencia nacional mexicana en enero de 1994, con el alzamiento del EZLN.Apenas un a?o despu¨¦s surgieron los paramilitares, y con ellos una ola de violencia que, seg¨²n el obispo Ruiz, pudo haber causado ya m¨¢s muertos que la rebeli¨®n zapatista. Sin embargo, los miembros de Paz y Justicia, el principal de los grupos paramilitares, sostiene que en sus filas han ca¨ªdo 94 ind¨ªgenas, mientras que por parte de las bases de apoyo zapatistas murieron 46.

Mientras la guerrilla zapatista sigue acorralada en la selva Lacandona, sin disparar un tiro desde los primeros d¨ªas de 1994, la violencia crece en el Norte y Los Altos. El. an¨¢lisis del obispo coadjutor de San Crist¨®bal de las casas, Ra¨²l Vera, es sombr¨ªo: "La evaluaci¨®n que hago es que estamos al borde de la guerra civil; no entendemos porqu¨¦ el Gobierno federal y estatal no est¨¢n haciendo algo para que esto se solucione". Vera asegura que hay evidencias de que "diputados del partido oficial [el PRI] patrocinan la venta y tr¨¢fico de las armas".