A la sexta fue la vencida

A la sexta vez vino el lobo. El ministro de Asuntos Exteriores israel¨ª, David Levy, se hab¨ªa hecho tristemente famoso por sus amenazas de dimisi¨®n, nunca materializadas hasta ayer. Otra de sus caracter¨ªsticas m¨¢s conocidas es su reconocimiento del proceso de paz con la Autoridad Palestina (AP), que le llev¨® a defender, muchas veces en solitario, posiciones m¨¢s comprometedoras que el resto de los ministros.La primera vez que Levy se plant¨® ante un primer ministro fue con motivo de la conferencia de Madrid, celebrada en 1991, cuando no fue llevado a Espa?a por el entonces jefe de Gobierno, Isaac Shamir, quien s¨ª llev¨® a, Netanyahu, que era subordinado de Levy.

Casi todas sus amenazas fueron por, "cuestiones de honor", sobre todo desde que Netanyahu asumi¨® la jefatura del Ejecutivo, ya que se sent¨ªa continuamente desautorizado. En una de las ocasiones, Netanyahu tuvo que escribirle una carta oficial para confirmarle que "el ministro de Asuntos Exteriores es el encargado de la pol¨ªtica exterior".

Al frente del movimiento Gesher, de corte populista pero sin mucho gancho, Levy se ha convertido en adalid de las causas sociales, sobre todo de la minor¨ªa sefard¨ª a la que pertenece.

Naci¨® en Marruecos hace 60 a?os y, aunque m¨¢s de la mitad los ha pasado en pol¨ªtica, todav¨ªa dice ser "un trabajador de la construcci¨®n". Su reputaci¨®n como paloma del Gobierno israel¨ª viene de 1982, tras la invasi¨®n de L¨ªbano por Israel. En aquellas circunstancias las transcripciones de las reuniones del Gobierno muestran que Levy cuestion¨® la decisi¨®n de permitir a las milicias cristianas libanesas la entrada a saco en los campos de refugiados pr¨®ximos a Beirut, donde se perpetraron las matanzas de Shatila y Sabra.

Levy tambi¨¦n se ha mostrado partidario de negociar con Siria. En el proceso de paz con los palestinos, Levy siempre ha sido un canal de comunicaci¨®n para Arafat.