Compa?eros de viaje
Declaro que anoche -como salido de un libro de Robert Walser-, al conocer el nombre de los vencedores del Nadal y del Pla, me plant¨¦ un sombrero en la cabeza, abandon¨¦ el cuarto de los escritos o de los esp¨ªritus y baj¨¦ la escalera para salir a. buen paso a la calle y dedicar un largo y amistoso recuerdo nocturno a esos dos buenos compa?eros de viaje que para m¨ª fueron, en momentos distintos y algo distantes en el tiempo, Luc¨ªa Etxebarria y Valent¨ª Puig.Etxebarria, compa?era de viaje el a?o pasado al caser¨®n de Verines, en Asturias, es una Spice Girl de nuestra narrativa m¨¢s reciente, que alcanz¨® cierto ¨¦xito al publicar en marzo del a?o pasado su primer libro, Amor, curiosidad, prozac y dudas, una novela tan llamativa como su autora y a la que, como a ¨¦sta, le habr¨ªa sentado mal pasar desapercibida; es m¨¢s, la habr¨ªa arrojado al prozac y las dudas. Pero no fue as¨ª, la novela conoci¨® la gloria y poca pena y abri¨® expectativas que cabe esperar que no defraude la ahora premiada. Feminista beligerante, desgarrada y descarada, la novela fue apoyada, desde el primer momento, por una legendaria premio Nadal, Ana Mar¨ªa Matute, que la juzg¨® sorprendente ''y bien escrita, lo que es de agradecer". Ning¨²n personaje masculino aparec¨ªa en la novela, y la autora -en la extra?a y memorable noche en la que, en un pueblo asturiano, ella, Biel Mesquida y yo perdimos involuntafiamente de vista al resto de la expedici¨®n literaria que nos acompa?aba y con un tel¨¦fono m¨®vil llegamos a pedir auxilio a Madrid para que nos rescataran- me adelant¨® su voluntad de no incluir nunca hombres en sus libros, algo que sospecho -cruzo desde aqu¨ª una apuesta con ella- no le va a ser posible llevar a cabo por mucho tiempo. Es m¨¢s, me pregunto si -como ya ha empezado a hacer en el cuento que ha publicado en P¨¢ginas amarillas- no habr¨¢ roto ya la promesa con la novela premiada.
Valent¨ª- Puig, compa?ero de viaje hace ya unos a?os a Buenos Aires, es un escritor del que no recomiendo a nadie que sea su enemigo. Basta leer las advertencias en verso que les hace a sus posibles adversarios: "Tot sol al bosc o entre runes, feli? / a qui sigui que vengui, l'advertesc.- / s¨¢piga sant i senya exacte i clar" ["Solo en el bosque o entre escombros, feliz / a quienquiera que venga, le advierto: / que sepa santo y se?a exacto y claro"]. Ya premiado con el Ramon Llull por Somni Delta, Valent¨ª Puig tiene una amplia obra narrativa de entre la que yo destacar¨ªa Bosc endins -uno de los pocos dietarios interesantes en este pa¨ªs de todos los dietarios- y Dones quefumen, un libro de relatos en el que se despach¨® a gusto contra un tipo de mujer que detesta y que es perezosa, ind¨®cil, rebelde sin motivos, apasionada por inercia, amante por rutina, infiel por principios. Es Valent¨ª Puig un maestro en el arte de eclipsarse peri¨®dicamente, pero no ya como una desidia, sino m¨¢s bien como una ejercitaci¨®n de la voluntad. Pude comprobarlo en ese viaje que hicimos a Buenos Aires y del que me queda el recuerdo sereno de una tarde en la que nos perdimos literalmente por un caminito que el tiempo ha borrado.
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