El entierro m¨¢s desangelado
El funeral de Jonathan reuni¨® apenas una decena de personas en la iglesia del barrio del Bon Pastor de Figueres, una inmensa nave en la que caben 300. A moss¨¦n Jaume Corcoy le sorprendi¨® la actitud de los padres: "Parec¨ªa como si no necesitaran consuelo". Jes¨²s Franco, el rector de la parroquia, advierte que se trataba de una familia muy poco integrada en el barrio. "Aqu¨ª, cuando muere un ni?o, todo el mundo se revoluciona y en este caso, parece que nadie se enter¨® de nada hasta que apareci¨® en los peri¨®dicos". Franco lleva 31 a?os como rector de una parroquia de 6.000 personas con una importante comunidad gitana. Conoce a un buen n¨²mero de sus parroquianos desde que nacieron, y sabe cu¨¢l es capaz de tirar de un bolso y cu¨¢l de robar un radio-cassette. De Jonathan apenas pueden recordar lo desangelado de su funeral. En el nicho, ning¨²n nombre ni inscripci¨®n.
En la calle Cresques Elies, donde viv¨ªa la pareja, muy pocos recuerdan habercruzado m¨¢s de dos palabras con ellos. No obstante, fue una de las vecinas del inmueble la que llev¨® a la madre en coche al hospital de Figueres cuando el peque?o Jonathan sufri¨® el ataque de epilepsia.
El cajero del supermercado Preko, donde Maria de las Nieves compraba, la recuerda como una joven de mirada ausente de la que le extra?¨® su franqueza cuando, sin venir a cuento, ella misma le comunic¨® la muerte de su hijo, extra?ada de que no hubieran notado su ausencia. Y explic¨® ante todosque cuando llam¨® a su compa?ero para comunicarle la muerte del ni?o, ¨¦ste crey¨® que era una inocentada.
Algunos de los vecinos recuerdan a Jos¨¦ Exp¨®sito por un detalle: siempre iba con un tel¨¦fono m¨®vil. Trabajaba como vigilante. La pareja ocupaba un piso de alquiler amueblado en el que nadie pasa mucho tiempo. "Cuando llevas tanto tiempo viendo pasar a gente distinta, al final, no te fijas en nadie" dice una vecina. En el balc¨®n de los Exposito, la ropa sigue a¨²n tendida.
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