Una ballena lleva cuatro d¨ªas sin alejarse de una playa c¨¢ntabra
Los equipos de salvamento conf¨ªan en que se adentre en el mar
Cuatro d¨ªas despu¨¦s de ser avistada, una ballena aparentemente desorientada sigue describiendo c¨ªrculos en aguas de s¨®lo siete metros de profundidad en la playa de Oyambre (Comillas, Cantabria). El cet¨¢ceo parece no tener prisa para adentrarse en el Cant¨¢brico, y menos en perderse luego en el Atl¨¢ntico. Las tareas de salvamento quedaron ayer suspendidas a mediod¨ªa, en espera de una iniciativa del animal.
"Le hemos metido mucha ca?a con el ruido del helic¨®ptero y de tres barcos, y a lo mejor ha sido contraproducente", dec¨ªa ayer un miembro del equipo de salvamento.Al anochecer del jueves pasado los bi¨®logos del Museo Mar¨ªtimo del Cant¨¢brico, con sede en Santander, consiguieron hacer que se alejara hasta un kil¨®metro de distancia de la orilla, ya sin problemas para desplazarse a alta mar, pero por dos veces retorn¨® luego a la zona de abrigo que ha escogido, tal vez para recuperar fuerzas despu¨¦s de que el Cant¨¢brico fuese azotado ¨²ltimamente por un furioso temporal.
Cientos de personas, la mayor¨ªa provistas de prism¨¢ticos, desfilaron ayer por Oyambre, a fin de localizar al cet¨¢ceo de unos 20 metros de largo y unas 70 toneladas de peso que, de vez en cuando, aparece en la superficie.
Pese a la proximidad de la playa y a su querencia, no es previsible que el cet¨¢ceo pueda varar en la arena salvo que padezca alguna patolog¨ªa. Se sabe, desde luego, que no est¨¢ herido.
Con ¨¦ste son tres los cet¨¢ceos localizados en la costa de Cantabria en los dos ¨²ltimos meses. En noviembre un rorcual com¨²n, de proporciones similares al de Oyambre, pereci¨® varado en Ori?¨®n (Castro Urdiales) pese a la ayuda de la poblaci¨®n. En diciembre, all¨ª mismo y en avanzado estado de descomposici¨®n, apareci¨® una ballena picuda.
El ¨¢rea de localizaci¨®n del rorcual se extiende desde el mar del Norte hasta el Ecuador. El paso de cet¨¢ceos a lo largo del Cant¨¢brico se ha registrado siempre desde tiempo inmemorial. A menudo se desplazan a menos de una milla de tierra pero no es frecuente que se acerquen tanto como est¨¢ ocurriendo en Oyambre, apenas 100 metros de la orilla.
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