La reina Roja y el proyecto nacional
?Despu¨¦s del euro qu¨¦? La pregunta empieza a ser esencial. No se refiere, -en este caso, a qu¨¦ va a ocurrir una vez que estemos en la moneda ¨²nica -cuesti¨®n esencial que deber¨ªa salir de los c¨ªrculos especializados para convertirse en tema de debate general-, sino a c¨®mo el euro ha sido el Grial en cuya b¨²squeda se han centrado varios Gobiernos espa?oles -los socialistas, y ahora, el popular que lo descubri¨® tard¨ªamente- y de otros pa¨ªses, convirti¨¦ndose, parad¨®jicamente, en el gran proyecto nacional *en muchos de ellos. Por eso, preguntar ?despu¨¦s del euro qu¨¦?, equivale a plantear en qu¨¦ proyecto nacional hay que empezar a pensar para cuando se haya encontrado el Grial, es decir, pasado la selectividad en mayo y entrado en enero pr¨®ximo en la moneda ¨²nica europea.?Es posible encontrar un nuevo proyecto propiamente nacional? O, justamente, todo proyecto nacional pasa, necesariamente y como poco, por la integraci¨®n europea. Se vaya por donde se vaya -reforma del Estado de bienestar, profundizaci¨®n del Estado de las autonom¨ªas, justicia social e impuestos, etc¨¦tera-, uno topa con el proyecto europeo, en alguna de sus m¨²ltiples dimensiones. Superlativamente, en el caso de esta Europa de moneda ¨²nica queest¨¢ a punto de nacer. As¨ª, por ejemplo, los socialdem¨®cratas alemanes en su ¨²ltimo congreso en Hannover, consideraron que Europa se ha convertido en "el proyecto crucial de la pol¨ªtica socialdem¨®crata". No digamos ya para los democristianos de Kohl. Pero lo que vale para Alemania vale a¨²n m¨¢s para Espa?a, que est¨¢ en una posici¨®n buena, pero nada f¨¢cil de preservar, no digamos ya de avanzar hacia "la cabeza de Europa". Carlos Bastarreche, secretario general de Pol¨ªtica Exterior y para la UE, puede estar expresando una cultura diplom¨¢tica actualmente dominante en la Administraci¨®n espa?ola cuando en un claro art¨ªculo (t/ni¨®n Europea: ?d¨®nde estamos?) el pasado lunes en EL PA?S termina con una afirmaci¨®n que ¨¦l mismo reconoce como conservadora: "[ ... ] nos podr¨ªamos dar por satisfechos si al final de esta traves¨ªa, que va a durar en torno a cinco a?os, seguimos en la buena situaci¨®n en que ahora nos encontramos".
Tal afirmaci¨®n tranquiliza por lo que tiene de defensa de los intereses nacionales; mas tambi¨¦n- preocupa. Porque en este tablero europeo tal enfoque refleja la cultura de Alicia m¨¢s que la de la reina Roja de A trav¨¦s del espejo, que quiz¨¢s exprese mejor lo que es la cultura pol¨ªtica de la integraci¨®n europea. Ante las quejas de Alicia, extenuada tras correr para acabar permaneciendo en el mismo sitio, la reina Roja replica: "Lo que es aqu¨ª, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere correr a la otra parte hay que correr por lo menos dos veces m¨¢s r¨¢pido". (A este respecto, se recomienda la lectura del art¨ªculo de Juan Antonio Rivera, 'La hip¨®tesis de la reina, Roja', en Claves, diciembre -de 1997, que explica las bases te¨®ricas de tales comportamientos.)
El aqu¨ª de la reina Roja puede ser esta UE que tanto puede cambiar de la mano de la moneda ¨²nica y de la ampliaci¨®n; en la que otros, como el Reino Unido de Blair, renacen a la idea europea, y en la que Espa?a s¨®lo conseguir¨¢ preservar su posici¨®n y sus intereses si corre el doble de deprisa que los dem¨¢s. Sin renunciar a lo propio -todo lo contrario, pues tambi¨¦n hay que ganar autonom¨ªa-, el nuevo proyecto nacional, de cualquiera de los grandes partidos con representaci¨®n en toda Espa?a e incluso de los nacionalistas, tiene que tener una dimensi¨®n europea central, incluso cuando aborde temas tan esenciales como puede ser la educaci¨®n o la ciencia. Una dimensi¨®n que hay que desarrollar con imaginaci¨®n y valor intelectual y pol¨ªtico a?adido por parte Espa?a. Incluso, con cierta gracia.
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