Ejercicio de voluntarismo
El Valencia, incapaz de superar al Mallorca
, Impotencia. El Valencia no pudo. Dio todo. Lo intent¨® de veras, pero ¨¦sta es su aut¨¦ntica realidad: la implacable incapacidad ante un rival apocado y triste, el Mallorca, muy obsesionado con el empate. Algunos se acordaron de Ortega, ausente por la cruenta guerra con el entrenador. Otros apoyaron silenciosamente al t¨¦cnico. Pero la mayor¨ªa acept¨® con resignaci¨®n el lamentable destino de su equipo, inmerso en una crisis permanente. Eso en la noche en la que el Valencia recuper¨® afortunadamente a Gerard en la direcci¨®n del equipo y a Fernando, en la media punta, desde donde se convirti¨® casi en la ¨²nica baza amenazante para la meta de Roa. Fueron los m¨¢s destacados. El Mallorca, en cambio, se refugi¨® en el empate y s¨®lo quiso la victoria por un lado, el izquierdo, donde avanzaron con elegancia Stankovic y Romero.
En el primer tiempo, Mestalla se llev¨® una alegr¨ªa. Descubri¨® un medio centro, de los de verdad. Gerard. Uno de esos futbolistas capaces de repartir juego a borbotones. Con inteligencia, buen gusto y naturalidad. Y lo descubri¨® Mestalla porque Ranieri lo ha marginado a la grada desde su llegada. Sin ning¨²n motivo aparente, a no ser que su excesiva juventud sea un pecado demasiado serio para el t¨¦cnico italiano.
Ayer, Gerard dio muestras de sus habilidades en la elaboraci¨®n al tiempo que encontr¨® un ¨ªntimo aliado en Fernando, que hall¨® v¨ªas de comunicaci¨®n inexploradas con el centrocampista catal¨¢n. Otra cosa era la escasez de delanteros de los que dispon¨ªa el Valencia para hacer efectiva esta uni¨®n. Muy pocos. Si acaso Illie, que particip¨® con timidez.
En cualquier caso, el equipo de Ranieri mejor¨® respecto a pasadas comparecencias. Fue m¨¢s respetuoso con el bal¨®n y aplac¨® los encendidos ¨¢nimos de sus feligreses. Pero el Mallorca consigui¨® apelmazar el partido. Lo convirti¨® en un f¨®sil, conocedor de las agon¨ªas del Valencia cuando acarrea el peso de la cita. El absentismo del Mallorca y la incapacidad del Valencia trajeron el choque directamente al estercolero. Sin nada que rescatar salvo la ovaci¨®n que la grada le tribut¨® a los ex valencianistas G¨¢lvez y Engonga, muy queridos en Valencia.
Y para empeorar la situaci¨®n, Ortega contest¨® a Ranieri: "No me ir¨ªa con ¨¦l ni a tomar un agua mineral".
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