Algo de miedo
Supongo que indignado como muchos, Vicente Verd¨² (siempre inteligente y mesurado) se dej¨® llevar por sus sentimientos al escribir su columna M¨¢s del pasado s¨¢bado 10. En algunos pasajes de la misma se acercaba demasiado al discurso de Fraga Iribarne que EL PA?S reproduc¨ªa el mismo d¨ªa, esas palabras que aparec¨ªan bajo el titular Fraga sugiere al Gobierno que intervenga para garantizar la seguridad.Intervenci¨®n, "poner encima de la mesa lo que hay que poner", medidas disciplinarias, cuarteles, Ej¨¦rcito, palabras extra¨ªdas de ambos textos. Dan algo de miedo. Tras ellas aparece siempre lo terrible, la guerra sin cuartel, la "justicia" que no se para a pensar en los hombres: s¨®lo piensa en t¨¦rminos abstractos (gente). La indignaci¨®n es l¨®gica ante lo que no es "m¨¢s" que asesinato. Nada de guerras, ni de conflictos pol¨ªticos. Pero uno no sabe muy bien por qu¨¦ s¨®lo ahora crece la indignaci¨®n: era tibia cuando mor¨ªan ¨²nicamente funcionarios del Estado (polic¨ªas, guardias civiles, carteros). ??stos no eran ciudadanos?A lo largo de los ¨²ltimos meses ha habido algunas aportaciones (emocionantes, ¨¢cidas, pol¨ªticamente incorrectas, pero siempre l¨²cidas) sobre este triste asunto que ahora me gustar¨ªa rese?ar para que la indignaci¨®n de todos d¨¦ paso a la reflexi¨®n: El bucle melanc¨®lico, de Jon Juaristi; esa canci¨®n de Albert Pl¨¢ que se llama La dejo o no la dejo; un art¨ªculo de Francisco Rico en este mismo peri¨®dico durante los d¨ªas que siguieron al asesinato de Miguel ?ngel Blanco; Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo en una reciente entrevista en Ajoblanco: "Sin la televisi¨®n", dice el titular y no es gratuito, "ETA dejar¨ªa de existir".-
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