Tom¨¢s de Mattos novela el silencio de Melville
"Achab sab¨ªa que el hombre es un tibur¨®n", dice el autor uruguayo
A caballo entre la novela hist¨®rica, el juego literario en homenaje a Herman Melville, la reflexi¨®n sobre el poder, el amor a la libertad y la revelaci¨®n de las m¨¢scaras que los hombres se ponen y se quitan para ir viviendo o muriendo, Tom¨¢s de Mattos (Montevideo, 1947) irrumpi¨® ayer en la escena literaria espa?ola. Tras 12 a?os de escritura, este abogado uruguayo de provincias ha presentado en Madrid La fragata de las m¨¢scaras (Alfaguara), un libro audaz, complejo y pr¨®digo en s¨ªmbolos. "Naci¨® como un ensayito, se convirti¨® luego en cuento, de repente lleg¨® a las 600 p¨¢ginas y hoy tiene 414". Manuel de Lope lo calific¨® ayer como "una de las mejores novelas de los ¨²ltimos tiempos".
Hombre de vasta cultura libresca, "fan¨¢tico" de Melville y Carpentier y erudito enamorado del pasado, De Mattos se debate todav¨ªa entre su oficio de abogado —"Ya es s¨®lo rutina, y cuando llega un caso bonito es casi peor porque te produce ¨²lcera"— y una arrolladora pasi¨®n literaria que parece alimentar a medida que habla, con precisi¨®n y v¨¦rtigo, de libros, autores (Dostoievski, Chesterton, Cervantes, Kafka...) y vidas imaginarias o reales.
De Mattos afirma que La fragata de las m¨¢scaras es el resultado de la crisis de los 50 y a la vez el paso previo hacia cuatro historias pendientes. "La crisis ha parado en la esperanza de llegar a un cielo chestertoniano: un c¨ªrculo de literatos con los que hablar del padre Brown". Y en cuanto a los proyectos, el primero se titula El d¨ªa de la misericordia y contar¨¢ la pasi¨®n de Jesucristo seg¨²n un fariseo; luego vendr¨¢ La nueva Tebas, una cr¨®nica del asesinato, el mismo d'ia de 1868, de los dos l¨ªderes pol¨ªticos uruguayos m¨¢s importantes del momento, el caudillo Venancio Flores y el civilista Bernardo Berro.
Presente y pasado
En tercer lugar, De Mattos quiere escribir el relato de la vida azarosa de Aim¨¦ Bonpland, bot¨¢nico y m¨¦dico franc¨¦s, "posible amante de Josefina Bonaparte, descubridor de las propiedades del mate y tal vez el personaje que m¨¢s me habr¨ªa gustado ser". Y la cuarta idea es un retrato de Artigas, libertador del Uruguay.
En todas ellas, como en La fragata de las m¨¢scaras, hay intenciones comunes: acercarse al presente novelando desde el pasado, reescribir la historia, prestar la voz a los que no la tuvieron. "Creo que es una obligaci¨®n del escritor y un derecho del lector jugar con el pasado y la literatura. La novela hist¨®rica es siempre un instrumento de la historia que se pone a su servicio. Es novela porque es el m¨¦todo m¨¢s libre de aproximaci¨®n a la historia, y es historia porque ¨¦se es el mejor pretexto para novelizar el presente. La historia es siempre m¨¢s maravillosa que la imaginaci¨®n, y no tengo nada contra el realismo m¨¢gico".
"Todos los objetos visibles, amigo, no son sino m¨¢scaras de cart¨®n", escribi¨® Herman Melville en Moby Dick, "un libro que son 100 por sus m¨²ltiples lecturas". Pero para La fragata de las m¨¢scaras, De Mattos parti¨® de Benito Cereno, que narraba desde el punto de vista del capit¨¢n Amasa Delano el mot¨ªn de los esclavos negros que viajaban, desde Sur, en la nave El juicio.
De Mattos da la vuelta a la novela a partir de su "carga de silencio": da la palabra a los esclavos, y a trav¨¦s de esa escritura polif¨®nica, espejo de las voces interiores del hombre, plantea a su vez, melvilleando, m¨²ltiples temas. "El eterno conflicto entre lo que somos y c¨®mo nos vemos; el hombre, como suma de m¨¢scaras: los secretos solidarios que nos liberan y las miserias vergonzantes que nos paralizan; el personaje y su destino: la necesidad de simular los roles y de nacer dos veces, una fisica y la otra cuando toca asumir las decisiones; el poder corrupto pero tambi¨¦n vulnerable, con su m¨¢scara, la manipulaci¨®n de los hechos...".
En el subsuelo —"las novelas siempre deben tener cielo y s¨®tanos, y siempre lo subterr¨¢neo es lo m¨¢s bello"— queda una sensaci¨®n ambivalente. La libertad es la ¨²nica esperanza; la utop¨ªa es imposible. "Es el mito de Achab. La rebeld¨ªa contra el maldito caos, la lucha contra un universo estropeado, la reacci¨®n contra el mal por instinto natural, la imposibilidad de encontrarse con uno mismo y con Dios en una vida que promete sentidos pero no los da, el desasosiego de saber que la cat¨¢strofe es posible en un cielo limpio y un mar tranquilo, la certeza de que el hombre es un tibur¨®n destructivo".
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