Un cliente enfadado, autor de un bombazo contra un taller que fue atribuido a ETA
No era de ETA, s¨®lo ten¨ªa malas pulgas. Que algo le disgustaba, cog¨ªa p¨®lvora, un pu?ado de perdigones y algo de aluminio y pegaba un bombazo. Da igual que el sofoco le viniera por una disputa familiar o por un calent¨®n de la junta de culatas. La polic¨ªa ha identificado a Juan Pacheco Delgado, de 65 a?os y residente en Tarascon, al sureste de Francia, como el presunto autor de dos atentados cometidos en Calatayud (Zaragoza) y Madrid.
El primer atentado se produjo el 31 de julio de 1996. Alas nueve de la ma?ana de aquel d¨ªa, Herminio Ib¨¢?ez Herrero, propietario del concesionario de Citro¨¦n de Calatayud, encontr¨® un paquete postal en la puerta de su negocio. Al abrirlo, una explosi¨®n lo alcanz¨® de lleno. Herminio sufri¨® graves quemaduras en el abdomen y perdi¨® una mano. Su hijo Sergio tambi¨¦n result¨® herido de car¨¢cter leve. La polic¨ªa pens¨® que detr¨¢s de aquella fechor¨ªa estaba ETA. El secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Mart¨ª Flux¨¢, se traslad¨® inmediatamente al lugar de los hechos; la brigada de Informaci¨®n de la Polic¨ªa -experta en la lucha antiterrorista- emprendi¨® las primeras investigaciones.
Pero all¨ª hab¨ªa gato encerrado: el artefacto no se parec¨ªa a los que ETA suele colocar, aunque tampoco era obra de un chapucero. Pas¨® el tiempo y la banda terrorista nunca reconoci¨® aquel atentado. Ahora se sabe por qu¨¦ Juan Pacheco volvi¨® a actuar un a?o m¨¢s tarde, por otros motivos. y en una ciudad distinta. Pero algo lo delat¨®.
Discusi¨®n familiar
Si en el verano de 1996 Juan Pacheco se enfad¨® por una mala reparaci¨®n de su Renault Nevada -la junta de culatas se segu¨ªa calentando demasiado-, el segundo atentado lleg¨® por un disgusto distinto. Fue el 29 de octubre de 1997 en Madrid. Pacheco, harto de pleitear con unos familiares por la propiedad de un piso, decidi¨® cortar por lo sano. Coloc¨® un artefacto explosivo en la puerta del domicilio de sus parientes, en el n¨²mero 67 de la calle de Florencio Garc¨ªa, en el barrio de Ciudad Lineal. La explosi¨®n se produjo cuando Manuel Esteban Calvo, conductor de una empresa farmac¨¦utica, de 48 a?os, fue a abrir la puerta. Sufri¨® graves quemaduras en todo el cuerpo y la fractura del f¨¦mur. Sus hijos Juan Manuel y Alberto tambi¨¦n resultaron heridos.La polic¨ªa, despu¨¦s de atar muchos cabos, lleg¨® a la conclusi¨®n de que la bomba de Calatayud y la de Madrid tienen la misma firma. Una y otra fueron confeccionadas por una aleaci¨®n de aluminio poco frecuente en este tipo de artefactos.
La polic¨ªa, informa Concha Monserrat, ten¨ªa la esperanza de que Juan Pacheco -que sigue residiendo en La Provenza francesa- volviera a viajar a Espa?a y detenerlo aqu¨ª. Pero finalmente ha optado por cursar a Francia una comisi¨®n rogatoria para que un individuo con tan mal genio sea puesto a buen recaudo. Y si es posible, antes de que se vuelva a enfadar.
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