"Un Estado moderno no puede ser ateo", dice el Papa ante Castro en la plaza de la Revoluci¨®n
En la plaza de la Revoluci¨®n de La Habana, s¨ªmbolo del castrismo, y ante una entusiasta muchedumbre, el Papa denunci¨® ayer a los sistemas pol¨ªticos que excluyen a la religi¨®n de la vida p¨²blica o la manipulan con fines pol¨ªticos. "Un Estado moderno no puede hacer del ate¨ªsmo o de la religi¨®n uno de sus ordenamientos pol¨ªticos", dijo en el ¨²ltimo acto popular del Pont¨ªfice en Cuba. Palabras que arrancaron fuertes aplausos. En primera fila, el presidente Fidel Castro, acompa?ado del escritor Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, escuch¨® atentamente el discurso.
ENVIADA ESPECIAL
Juan Pablo II moder¨® la dureza de pasadas intervenciones al definir a la Iglesia cat¨®lica como una instituci¨®n cr¨ªtica tanto del comunismo -al que no nombr¨® expl¨ªcitamente- como del "neoliberalismo capitalista". Fue una ceremonia bella y a ratos emocionante la que presenciaron y escucharon en directo -la m¨²sica era admirable- centenares de miles de cubanos que llenaban la destartalada plaza habanera a la que el Papa aludi¨® como "plaza de Jos¨¦ Mart¨ª". Diversas fuentes hablan de entre 200.000 y 300.000 asistentes a la ceremonia. Varios millones m¨¢s pudieron seguirla por televisi¨®n y o¨ªr a Juan Pablo II pedir de nuevo que acabe el aislamiento de Cuba y ofrecer el "mensaje de amor y solidaridad" del cristianismo como la ¨²nica alternativa a un mundo en el que se han ido sucediendo sistemas ideol¨®gicos y econ¨®micos, "que han potenciado el enfrentamiento como m¨¦todo". Lo que la Iglesia propone, dijo Karol Wojtyla, "no es una ideolog¨ªa ni un sistema econ¨®mico o pol¨ªtico nuevo, sino un camino de paz, justicia y libertad verdadera".
Liberaci¨®n verdadera
Desde esta perspectiva, el Papa conden¨® la "libertad que no se funda en la verdad" y se?al¨® para todos los cubanos, especialmente los cristianos, la meta de la liberaci¨®n verdadera. "Esta liberaci¨®n", dijo, "no se reduce a los aspectos sociales y pol¨ªticos, sino que encuentra su plenitud en el ejercicio de la libertad de conciencia, base y fundamento de los otros derechos humanos". Hasta las palabras m¨¢s trilladas de la Biblia -"la verdad os har¨¢ libres"- pronunciadas ayer por el obispo de Roma en el enorme auditorio de la plaza de la Revoluci¨®n parec¨ªan tener una desconocida carga subversiva.Juan Pablo II recibi¨® una enorme ovaci¨®n cuando se declar¨® solidario con todo "aquel que sufre la injusticia". El Pont¨ªfice se dirigi¨® entonces directamente a los fieles: "El Papa no es contrario a los aplausos porque as¨ª puedo reposar un poco". Castro, vestido de civil, se rio con esas palabras al igual que Caridad Diego, responsable de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba, quien acompa?¨® junto al Nobel de Literatura Garc¨ªa M¨¢rquez al comandante durante la misa. Veintiocho veces fue interrumpida la alocuci¨®n papal con aplausos y consignas.
La ¨²ltima intervenci¨®n improvisada del Pont¨ªfice fue al final de la misa, cuando se refiri¨® al viento que soplaba ayer en La Habana y lo llam¨® "viento prometedor". Wojtyla recit¨® tambi¨¦n unas palabras en lat¨ªn para decir a continuaci¨®n: "Tambi¨¦n Cuba est¨¢ en la tradici¨®n latina, como Am¨¦rica Latina".
Al t¨¦rmino de la ceremonia, Fidel Castro se dirigi¨® a la parte trasera del altar para saludar a Juan Pablo II, con quien estrech¨® la mano y departi¨® brevemente. Luego el l¨ªder cubano estuvo saludando durante largo rato al p¨²blico m¨¢s cercano a una de las barreras, incluidas varias monjas -una le entreg¨® una flor-, mientras sonaban los acordes del Aleluya del Mes¨ªas de Haendel.
Como en intervenciones anteriores, el. Pont¨ªfice hizo hincapi¨¦ ayer en el mensaje de reconciliaci¨®n, "de di¨¢logo", que trae la Iglesia, mensaje que est¨¢ dispuesto a transmitir siempre que el Gobierno cubano le d¨¦ espacios de libertad, acceso a los medios de comunicaci¨®n y autorizaci¨®n para fundar medios propios, y, por supuesto, acceso a la ense?anza.
Antes de abandonar la isla, el Pont¨ªfice se reuni¨® en actos separados con representantes de otras confesiones religiosas, con los obispos cubanos y con religiosos. El futuro dir¨¢ cu¨¢l ha sido el verdadero impacto de esta visita hist¨®rica.
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