"La Iglesia de Cuba no est¨¢ sola"
"La Iglesia de Cuba no est¨¢ sola", dijo Juan Pablo II en los primeros compases de su homil¨ªa de ayer. El Papa volvi¨® a reclamar despu¨¦s el derecho "de cada confesi¨®n religiosa" a estar presente en la vida p¨²blica y el de cada individuo a elegir su religi¨®n. La petici¨®n arranc¨® aplausos de la gente que cantaba el lema "Cuba cat¨®lica siempre fue".Por una vez siquiera, la imagen del Che Guevara que preside la plaza de la Revoluci¨®n, no fue el eje, sino un adorno marginal en toda la escenograf¨ªa de una misa dedicada por Karol Wojtyla al "empe?o laico", en la que entreg¨® 20 Biblias a otros tantos feligreses y bendijo la primera piedra del futuro seminario de La Habana.
Bajo el cielo gris de La Habana, el Papa conden¨® los intentos de algunos sistemas pol¨ªticos -la alusi¨®n era clara- que han pretendido "reducir la religi¨®n a la esfera meramente individual, despoj¨¢ndola de todo influjo o relevancia social". Pero fue incluso m¨¢s duro al criticar al "neoliberalismo capitalista", que "subordina a la persona y condiciona el desarrollo de los pueblos a las fuerzas ciegas del mercado". Un sistema que impone a las naciones "programas econ¨®micos insostenibles", cuya consecuencia es "el enriquecimiento exagerado de unos pocos a costa del empobrecimiento creciente de muchos". Palabras que arrancaron otra salva de aplausos y que debieron sonar a c¨¢ntico celestial a Fidel Castro, muy satisfecho, al parecer, con la marcha del viaje del Papa, una vez superado el primer desencuentro provocado por las dur¨ªsimas declaraciones de Karol Wojtyla en el avi¨®n que le tra¨ªa a la isla.
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