Condena contra dos polic¨ªas por dar una "soberana paliza" a un detenido

La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la condena de un mes de multa (300 pesetas por d¨ªa) por una falta de lesiones contra dos agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa que golpearon a un detenido. En su sentencia, la Audiencia considera "pueril" el argumento de los apelantes de que la v¨ªctima se autolesion¨® y recuerda que los partes m¨¦dicos corroboran que el denunciante recibi¨® "lo que en t¨¦rminos coloquiales se llama una soberana paliza".Los hechos juzgados se remontan al 6 de marzo de 1996, cuando Enrique H. S. entr¨® en un bar de la glorieta de Embajadores y se encontr¨® con dos polic¨ªas que tomaban un bocadillo y una cerveza. Enrique les recrimin¨® por beber estando de servicio. Ante esta observaci¨®n, los agentes decidieron detenerle y le sacaron del establecimiento a empujones. Una vez en el coche policial, los agentes, seg¨²n la sentencia, le "golpearon en los brazos y las piernas". Como resultado, la v¨ªctima sufri¨® un esguince en la mu?eca derecha y diversas contusiones que tardaron 30 d¨ªas en curar. Tras estos hechos, Enrique H. S., apoyado por la Asociaci¨®n contra la Tortura, present¨® denuncia contra los agentes.

El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 13 de Madrid conden¨® en abril pasado por estos hechos a ambos polic¨ªas. La sentencia fue recurrida por el abogado del Estado y un defensor particular de los polic¨ªas. ?ste argument¨® que la sentencia vulneraba el principio de inocencia. El letrado del Estado aleg¨® que durante el juicio no hab¨ªa quedado acreditado que la lesi¨®n del denunciante fuese debida a los agentes, y que ¨¦stos, en cualquier caso, hab¨ªan obrado en cumplimiento de su deber, por lo que deb¨ªa serles aplicada una eximente. Tambi¨¦n denunci¨® que no se hab¨ªa tomado en consideraci¨®n la actitud de Enrique H. S. con los agentes.

Argumentos de la apelaci¨®n

La apelaci¨®n recay¨® en la Secci¨®n Decimoquinta de la Audiencia Provincial, que preside Perfecto Andr¨¦s Ib¨¢?ez. El magistrado repasa uno por uno los argumentos de los recurrentes y establece en primer lugar que las lesiones sufridas por el denunciante quedaron suficientemente probadas. "Los informes m¨¦dicos que dan cuenta de la asistencia inicial a Enrique H. evidencian que ¨¦ste recibi¨® una multiplicidad de golpes, entre ellos, uno notable en la mu?eca, por lo que la duda que trata de suscitarse carece de fundamento racional", se?ala el magistrado, para luego a?adir: "La naturaleza de los traumatismos y su disposici¨®n en diferentes partes del cuerpo es compatible con lo que el afectado denunci¨®: esto es, haber recibido lo que, en t¨¦rminos coloquiales, se llama una soberana paliza".El magistrado tampoco otorga mayor credibilidad al argumento "pueril" de que la v¨ªctima se autolesion¨®. "Los agentes, adem¨¢s, dijeron que la emprendi¨® a patadas con la puerta del veh¨ªculo oficial, pero sin dejar, curiosamente, ninguna huella ", concluye la sentencia.