Las humanidades resurgen en EE UU
George Keller dibuja la ense?anza superior en EE UU con cuatro niveles. En lo alto se sit¨²an las grandes universidades de investigaci¨®n y de pensamiento avanzado: las ocho de la Ivy Leage, Michigan, Illinois, Stanford... hasta un total de no m¨¢s de 35 o 40. En segundo lugar hay una franja numerosa de buenas universidades estatales y los excelentes colleges, con un m¨¢ximo de entre 2.000 y 2.500 estudiantes, donde se ense?an b¨¢sicamente humanidades, lo que se conoce como liberal arts. Ofrecen una formaci¨®n cl¨¢sica que sirve luego para estudiar una carrera. Ser¨ªa una especie de bachillerato de alto nivel.
El tercer estrato lo componen la mayor¨ªa de las instituciones religiosas y el resto de las universidades.
En la base del sistema est¨¢ la gran oferta de escuelas t¨¦cnicas que proporcionan conocimientos para desarrollar trabajos, lo que se conoce como vocational training.
Uno de los problemas que plantea Keller es el de la investigaci¨®n en las universidades, que, asegura, generalmente va en detrimento de la docencia. "A la mayor¨ªa de los grandes profesores que hacen investigaci¨®n no les gusta la docencia", explica.
"En la Universidad de Yale, por ejemplo, el 40% de las clases las dan doctorandos, con lo que supone de empobrecimiento para el alumno. Pero los t¨ªtulos de las grandes universidades siguen siendo muy apreciados, aunque s¨®lo sea porque el proceso de selecci¨®n del alumnado es implacable". "Tal vez no hayan tenido una gran educaci¨®n", a?ade, "pero deben de ser tremendamente listos si han conseguido entrar en estas universidades".
Asegura que, en contra de lo que podr¨ªa parecer en un sistema b¨¢sicamente privado, en las universidades norteamericanas impera la meritocracia. Las tradicionales universidades de ricos, como Cornell o Pricetown, son ahora "lugares de gran poder intelectual".
El problema vuelve a ser la dicotom¨ªa entre docencia e investigaci¨®n. Los mejores especialistas, seg¨²n Keller, solo se ocupan de los cursos de doctorado. "Lo cierto", explica, "es que las universidades necesitan grandes investigadores a los que no les gusta dar clases a primera hora de la ma?ana
Keller identifica el "aburrimiento" social de algunas de las profesiones a las que acceden los universitarios mejor preparados, como los profesionales de la mercadotecnia o de la inform¨¢tica, que "se hartan de realizar siempre el mismo trabajo, y sin embargo, siguen siendo las profesiones para las que hay m¨¢s demanda". Esta es una de las razones, asegura, que llevan a las mejores mentes a dedicarse a la investigaci¨®n, porque este aburrimiento tambi¨¦n afecta a los docentes de las universidades, "que se hartan de explicar la misma lecci¨®n un d¨ªa tras otro". Y cita a Bertrand Russell: "El aburrimiento es uno de los factores m¨¢s infravalorados de la historia".
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