La locomotora que hizo temblar un valle

Desde hace varios d¨ªas, un vecino de Canencia (480 habitantes) se acerca todas las ma?anas a la Cabeza del Rojo, uno de los montes que rodean este pueblo de la sierra del Guadarrama, y comprueba que el tren a¨²n no ha atravesado la vertiente sur de la monta?a. Est¨¢ convencido de que, de un momento a otro, el ferrocarril har¨¢ su aparici¨®n y se llevar¨¢ a todo aquel que no est¨¦ atento.

Es el ¨²nico habitante de Canencia que cree, a pie juntillas , que el tren veloz a Valladolid atravesar¨¢ el valle del Lozoya. Los dem¨¢s se preparan para resistirse a un ferrocarril que nadie en el valle quiere, pero que el Ministerio de Fomento pretende trazar por estas tierras. La decisi¨®n no est¨¢ tomada, y hasta es posible que el ministerio reconsidere su proyecto, pero, por si acaso, el valle se prepara para resistir.

El paisaje boscoso que rodea Canencia, un pueblo cuya plaza Mayor est¨¢ situada a 1. 141 metros de altura sobre el nivel del mar, no ha cambiado apenas en los ¨²ltimos siglos. "Las fresnedas, abedulares, pinares, acebedas y tejares siempre han estado en el mismo lugar", dice el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa Montero, del PP.

Pero ahora todo puede cambiar. El proyecto del Ministerio de Fomento de horadar los montes verdes de Canencia y meter el tren de velocidad alta hacia Valladolid ha puesto en peligro la continuidad del valle. Montero calcula que m¨¢s de 10.000 ¨¢rboles tendr¨¢n que ser derribados para hacer hueco a las v¨ªas f¨¦rreas de un tren que surcar¨¢ el valle a 200 por hora. Los vecinos est¨¢n dispuestos "a lo que sea para que no destrocen el valle". Incluso a renunciar a las servicios p¨²blicos que tanto necesitan.

36 millones

Montero, que gobierna un pueblo con 36 millones de presupuesto municipal, denunci¨® a principios de semana que Jos¨¦ Cabrera, responsable de pueblos del PP, le ofreci¨® todo lo que hiciese falta con tal de que dejase de oponerse al tren veloz. "Nos hace falta pavimentar calles, un centro polivalente, una piscina, cosas. Pero todo eso no valdr¨¢ nada si nos quedamos sin valle. ?Por qu¨¦ ese empe?o en acabar con la naturaleza? ?Qu¨¦ vamos a dejar a las siguientes generaciones si acabamos con uno de los ¨²ltimos lugares v¨ªrgenes de Madrid?", se pregunta el regidor.Montero asegura que no est¨¢ contra el progreso. "Somos los primeros en querer crecer. Estamos orgullosos de ser el ¨²nico pueblo de la zona que ha tenido siete nacimientos el a?o pasado. Queremos vivir mejor, que el turismo venga a nuestro pueblo. Hemos inaugurado hace poco unos apartamentos tur¨ªsticos que se nos han quedado peque?os para la demanda que tenemos. Ya no hacemos reservas hasta abril. Necesitamos m¨¢s restaurantes [Canencia cuenta con dos] y mejores infraestructuras, pero no a costa de la naturaleza. A ese precio, no queremos nada".

Al mediod¨ªa de ayer, Antonio mart¨ªn compart¨ªa un caf¨¦ con varios compa?eros suyos de profesi¨®n en un bar de Canencia. Mart¨ªn es ganadero. "Somos el pueblo con m¨¢s cabezas de ganado por vecino de la Comunidad. Tenemos casi 2.000 animales. Si llega el tren, todo se acabar¨ªa. Todos pensamos igual. No queremos el tren. A nosotros nos ponen fuertes multas si tocamos un ¨¢rbol. ?Por qu¨¦ el ministerio puede hacer lo que quiera?". Juan Manuel Sanz, ganadero de piel curtida por el sol y el fr¨ªo, asent¨ªa a estas palabras: "No permitiremos que. el tren pase por aqu¨ª. Tendr¨¢n que venir con fusiles para convencernos".

Buitres negros

El valle del Lozoya era ayer una mezcla de tonos blancos, azules, marrones y verdes: nieve, r¨ªos, ¨¢rboles de hoja caduca y pinares. Una pareja de buitres negros, procedentes de los canchos de Pinilla, sobrevolaban a la una de la tarde el nevado puerto. "Aqu¨ª tenemos jabal¨ªes, buitres, corzos, perdices, liebres. Y pesca. Siempre ha sido as¨ª", mantiene el alcalde.Los numerosos r¨ªos, riachuelos y arroyos que cruzan el valle abastecen de agua a Madrid. El Lozoya, el principal cauce de agua de la zona, alimenta los embalses de Pinilla, Riosequillo, Puentes Viejas y El Atazar. La Coordinadora de Asociaciones Ecologistas del Lozoya considera que la construcci¨®n de la l¨ªnea f¨¦rrea contaminar¨¢ y destrozar¨¢ los acu¨ªferos de la zona. Auguran el desastre. Lo mismo que los vecinos de Canencia, que s¨®lo piensan en impedir que el tren arrase su modo de vida.

"Ser¨ªa una pena que los tres puentes medievales que tenemos, el de las Cadenas, el del Canto y el de Matafrailes,que han servido a los caminantes durante siglos para salvar los r¨ªos de la zona, acaben aplastados por un tren que aqu¨ª nadie quiere", remata el alcalde.