IU paraliza la operaci¨®n de recabar datos de sus militantes a trav¨¦s e una empresa
Izquierda Unida admiti¨® ayer que cedi¨® datos confidenciales de sus afiliados a terceros, aunque lo hizo con un contrato de confidencialidad. La ley proh¨ªbe la cesi¨®n o automatizaci¨®n de esos datos sin el permiso por escrito de los afectados, lo que no cumpli¨® IU. Ayer, Nueva Izquierda, cuyos afiliados recibieron tambi¨¦n cartas pidi¨¦ndoles informaci¨®n de este tipo por parte de Eurobroker Hardware, se dirigi¨® a la Agencia de Protecci¨®n de Datos para pedir su amparo. De momento, IU ha paralizado la operaci¨®n bas¨¢ndose en el "error" de enviar la tarjeta sin sobre.
La nota con que la direcci¨®n federal de IU justific¨® ayer la cesi¨®n a terceros de su fichero de afiliados confirma el env¨ªo de las tarjetas reclamando datos confidenciales a ¨¦stos, que la operaci¨®n se hizo a trav¨¦s de una empresa privada y que el fichero se ha pasado a "soporte magn¨¦tico". Aunque afirma que todo se ha hecho dentro de la legalidad, la ley de Protecci¨®n de Datos hace especial referencia a este tipo de informaci¨®n sensible.El texto legal excluye a partidos, sindicatos, iglesias o confesiones, salvo en lo dispuesto en los art¨ªculos 7 y 11. Si es opinable si ha habido o no cesi¨®n a terceros del archivo, lo es menos que el art¨ªculo 7, apartado dos, dice taxativamente que no podr¨¢n automatizarse los datos relativos a ideolog¨ªa, creencias o religi¨®n, salvo permiso previo y por escrito de los afectados.
Pedro Granados, responsable de organizaci¨®n de IU, reconoce en su nota aclaratoria que se ha dirigido a los militantes a trav¨¦s de una empresa de env¨ªos por correo, pero tomando las medidas oportunas para garantizar la confidencialidad de los datos mediante un compromiso firmado ante notario por la sociedad cesionaria. Y admite que los datos est¨¢n incluidos en "soporte magn¨¦tico".
Ayer, Granados amenaz¨® con querellarse con los "deslenguados que est¨¢n acusando a la coalici¨®n de atentar contra la intimidad de sus militantes cediendo los datos personales a una empresa para su futura comercializaci¨®n". El responsable de organizaci¨®n hizo constar su interpretaci¨®n de que no ha habido cesi¨®n de los datos -"se entreg¨® el fichero para la realizaci¨®n de un servicio"- y redujo el problema exclusivamente a la tarjeta sin sobre de respuesta comercial. Y en este caso culp¨® a otros. En su nota, califica el hecho de "error importante que en el proceso de env¨ªo se ha deslizado y sobre el que exigiremos responsabilidad de cualquier tipo". De momento, y as¨ª lo advierte, se ha paralizado la operaci¨®n.
Sin citar en ning¨²n momento a EL PA?S, ¨²nico medio que dio la noticia, Granados insisti¨® ayer en la posibilidad de la querella y en que la iniciativa cumple con todos los requisitos legales [este peri¨®dico en ning¨²n caso afirm¨® que se fueran a comercializar los datos, sino que algunos militantes hab¨ªan advertido de ese riesgo]. En cuanto a que la actuaci¨®n fuera legal, no lo piensan los militantes que la denunciaron ni Nueva Izquierda, cuyos afiliados -que abandonaron hace tiempo IU- han recibido tambi¨¦n la tarjeta.
Diego L¨®pez Garrido, el secretario federal de Nueva Izquierda, se dirigi¨® ayer a la Agencia de Protecci¨®n de Datos pidiendo una investigaci¨®n para determinar las responsabilidades de "quienes han puesto en circulaci¨®n informaci¨®n tan sensible como la ideolog¨ªa". En su escrito, L¨®pez Garrido se?ala la gravedad de que una organizaci¨®n ponga en manos de una empresa privada un fichero que, obviamente, recoge la ideolog¨ªa de los incluidos.
En su opini¨®n, el hecho es m¨¢s grave por tratarse, en el caso de los militantes de Nueva Izquierda, de personas que ya no est¨¢n en lU. Y pidi¨® que se requiera a esta organizaci¨®n la destrucci¨®n de los ficheros de ex militantes y el cese en la pr¨¢ctica de solicitar este tipo de datos. "El propio [Julio] Anguita deber¨ªa pedir una investigaci¨®n", afirm¨®. A t¨ªtulo personal, Juan Berga y Carlos M¨¦ndez, que han recibido el documento, han pedido amparo a la Agencia de Protecci¨®n de Datos. Ambos se dieron de baja hace ya varios meses en IU.
Pablo Castellano mostr¨® ayer su sorpresa por la alarma que ha producido el conocimiento de datos de militantes de IU que son del todo conocidos. Castellano quit¨® importancia a que la direcci¨®n federal ponga en manos de una empresa este tipo de datos y ech¨® en el saco del Cesid esta informaci¨®n, a cuyos autores acus¨® de ser "compinches de Manglano, Narc¨ªs Serra y Eduardo Serra".
Anguita, cuya carta acompa?aba la tarjeta, rest¨® importancia al tema y aclar¨®, en declaraciones a Radio Nacional que "lo que no se ha dicho es que hay un compromiso de la empresa, que despu¨¦s se llev¨® ante notario, de que no se utilizar¨¢n esos datos.
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