El Alav¨¦s revoluciona la Copa
El equipo vitoriano se exhibe ante el Deportivo, pero debi¨® sacar mayor ventaja
El Alav¨¦s es la alegr¨ªa de esta Copa del Rey, la viva imagen de la ambici¨®n y el inconformismo. Que sea un equipo de Segunda Divisi¨®n ya queda como pura an¨¦cdota, porque ni el Compostela, ni el Oviedo, ni el Real Madrid tuvieron la sensaci¨®n de caer en las anteriores eliminatorias ante un equipo inferior. Si en la vuelta contra el Deportivo los acontecimientos siguen el mismo curso que ayer, el grupo de Man¨¦ ser¨¢ un justo semifinalista.
Gan¨® 3-1 y march¨® al vestuario con el regusto de no haber sentenciado. De nuevo fue ese equipo bien plantado, que fabrica su defensa partiendo de la delantera y letal en el contragolpe, aunque esta vez se salt¨® el gui¨®n. Se prest¨® a que el partido estuviera siempre abierto. Renunci¨® al control perpetuo y al orden que proclama su entrenador. As¨ª gan¨® en llegada -21 veces lanz¨® a la puerta del Deportivo-, pero arriesg¨® contra su propia filosof¨ªa. El Deportivo s¨®lo mir¨®. Nadie puede aducir la sorpresa como disculpa. Corral no hizo lo que Heynckes, y quiso sacar a los mejores hombres de que dispon¨ªa. Tan s¨®lo copi¨® al alem¨¢n en el doble pivote: Ramis y Helder. S¨®lo ah¨ª puede quejarse, porque no dispon¨ªa de Mauro Silva y sus recambios fracasaron. En lo dem¨¢s, el equipo coru?¨¦s s¨®lo puede agachar la cabeza por recibir un soberano repaso. Unicamente se benefici¨® de la locura del juego.
En cuanto a concepto, los dos Deportivos no distaron mucho. Les un¨ªa la presi¨®n y una zaga muy adelantada, con lo que Mendizorroza se redujo al espacio de un campo de f¨²tbol sala. No necesitaban m¨¢s. La diferencia la puso el coraz¨®n. El Deportivo dice que necesita la Copa para mirar a Europa, y no lo demostr¨®. El Alav¨¦s dice que le sobra la Copa, porque su lucha es el ascenso y, sin embargo, se aferra con u?as y dientes a ella. Adem¨¢s, ya nada importa a qu¨¦ hombres utilice. Una vez m¨¢s Man¨¦ coloc¨® a seis suplentes en el once, y nadie lo acus¨®. Lo Mismo. hab¨ªa hecho en el Bernab¨¦u o contra los dem¨¢s primeras. El entrenador alavesista ha descubierto una f¨®rmula m¨¢gica. Ha hecho que jugadores absolutamente an¨®nimos hagan del f¨²tbol un juego abrumadoramente l¨®gico, y que sus suplentes no s¨®lo sigan esos pasos, sino que los mejoren.
Aunque parezca mentira, visto el partido de ayer, Pedro Riesco no es titular en el Alav¨¦s. Desempe?¨® el papel de Serrano, que vio el partido desde la grada, y volvi¨® locos a los pocos ex compa?eros que sobreviven de su etapa en el Deportivo. ?l empuj¨® al equipo, aunque, ¨¦ste funciona por s¨ª solo, y m¨¢s a¨²n si Songo'o le ayuda en las salidas. Bego?a se aprovech¨® de su primer error, en el minuto ocho, y abri¨® el marcador. La renta de 1-0 le ha bastado al Alav¨¦s en las anteriores citas, pero quiso insistir al comprobar que el Drportivo s¨®lo quer¨ªa defender. Porque el faro de los coru?eses, Fran no se situaba. El b¨¢lon y el partido se jugaban 10 o m¨¢s metros por detr¨¢s de su posici¨®n, y ¨¦l ni recibi¨® ni se comprometi¨® hasta bien entrada la segunda parte. Mientras, el Alav¨¦s sumaba el segundo gol. Normalmente Man¨¦ ordena tranquilidad en esas ocasiones, pero el calor del campo pidi¨® a los futbolistas m¨¢s, y el Deportivo se espabil¨® lo justo, y forz¨® un penalti para llegar al descanso con una sensaci¨®n de que hab¨ªa conseguido m¨¢s de lo que hab¨ªa buscado. El dibujo del campo se abri¨® en la segunda parte, pero quien sigui¨® mandando fue el Alav¨¦s. Javi Moreno reclam¨® el protagonismo. Marc¨® un tanto a su estilo tan extra?o y dej¨® al Deportivo herido, menos de lo que se mereci¨® por su confianza en que Riazor arregle el desaguisado de Mendizorroza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.