Cl¨®nicos
El d¨ªa que aparezca un torero toreando de verdad se lleva todo e dinero del toreo. Bueno, tampoco es muy seguro. El d¨ªa que aparezca un torero toreando de verdad a lo mejor lo toman por un marciano. El toreo hondo que hac¨ªan lidiadores; el toreo de parar, templar y mandar; el toreo de pas¨¢rselos ce?ido y ligar las suertes; el toreo con la verdad por delante y la muleta en la izquierda, que es el aut¨¦ntico, lo han sustitu¨ªdo por una faena rutinaria que concibi¨® un vulgar pegapases y la repiten todos. Parecen cl¨®nicos.El norteamericano que pretende clonar seres humanos llega tarde. Los toreros llevan clonados media d¨¦cada. La faena patr¨®n consiste en doblarse con el toro, sacarlo al platillo, endilgarle dos tandas de derechazos con el pico sin ligar ninguno, una de naturales por cumplir, vuelta a los derechazos y no ver ya el fin.
Cebada / N¨²?ez, Elvira, Vega
Toros de Cebada Gago, terciados, bravos y nobles. Rodolfo N¨²?ez: pinchazo y otro hondo atravesado (silencio); estocada (ovaci¨®n y salida al tercio). Alberto Elvira: dos pinchazos y estocada ladeada (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y otro hondo delantero (oreja). Mari Paz Vega: pinchazo hondo bajo, dos descabellos -aviso- y dos descabellos (silencio); pinchazo, estocada corta -aviso- y descabello (ovaci¨®n y salida al tercio). Plaza de Valdemorillo, 8 de febrero. 5? y ¨²ltima corrida de feria. Lleno.
Siempre la misma faena, es igual c¨®mo sea el toro. Si pide tablas o espacios abiertos, si es tardo o condicioso, si de casta brava o de sangre morucha, si curvil¨ªneo o elipom¨¦trico, les da lo mismo. Los ayudados, los derechazos en el platillo, los naturales de tr¨¢mite y vuelta a empezar: esa ha de ser la faena.
Rodolfo N¨²?ez, Alberto Elvira y Mari Paz Vega calcaron la faena tipo como un solo hombre (dicho sea en el sentido ecum¨¦nico de la palabra), sin tener en cuenta la encastada nobleza de los toritos de Cebada Gago que les soltaron.
A alg¨²n taurino se oy¨® comentar que Mari Paz Vega no es gente en esto del toro. ?Mentira! Mari Paz Vega hace el mismo toreo que sus colegas y en un momento dado hasta con m¨¢s pundonor. Todos permanecen en el mont¨®n, probablemente porque se encuentran all¨ª muy c¨®modos y pues se trata de pegar derechazos, Mari Paz Vega est¨¢ en disposici¨®n de pegarlos y darle sopas con honda a cualquiera. Los toros de Cebada Gago merec¨ªan cosas muy distintas a los derechazos.
Los toros de Cebada Gago sacaron casta y el que abri¨® plaza cogi¨® a tres. Primero a Alberto Elvira, cuando entraba a un quite; luego a un pe¨®n al banderillear; a Rod¨®lofo N¨²?ez en los proleg¨®menos de su faena de muleta. No se trataba de un pregonao sino de un torito boyante. A nadie hiri¨®, pero avisaba de que no se iba a ir de rositas quien lo confundiera con un borrego.
N¨²?ez mulete¨® con cuidado al agresor. Al cuarto le sac¨® buenas tandas de redondos y naturales, y sigui¨® pegando pases hasta aburrir al p¨²blico y al propio toro. Alberto Elvira le hizo al segundo una faena pegapasista y no tanto al quinto, si bien consigui¨® ligar las suertes cuando ya el toro presentaba s¨ªntomas de agotamiento. Mari Paz Vega le sac¨® con cierta limpieza los derechazos al tercero y sorte¨® los achuchones del sexto, que se quedaba corto. Mat¨® mal pero el detalle carece de relevancia: sus cl¨®nicos colegas tampoco es que sean Rafael Ortega.
Y acab¨® la famosa feria valdemorillana. Una feria aburrida que quiz¨¢ no haya sido sino reflejo de la mediocridad que aqueja a la fiesta. Empieza la temporada y se teme lo peor.
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