'Delenda est' Bagdad
Los romanos se la ten¨ªan jurada a los cartagineses, quienes, a decir verdad, eran -como dicen en Washington- genuinos trouble makers, conflictivos. Al grito de Delenda est Cartago (?Hay que destruir Cartago!) no pararon hasta conseguirlo. Los romanos tambi¨¦n ten¨ªan problemas en Palestina, pero les daban menos importancia. Hoy los estadounidenses est¨¢n empe?ados en acabar con Bagdad. Dicen que s¨®lo quieren eliminar sus armas de destrucci¨®n masiva. Pero esos artefactos est¨¢n tan bien escondidos que para acabar con ellos hay que utilizar, precisamente, armas de destrucci¨®n masiva. De modo que piensen en lo que puede quedar de Bagdad tras la explosi¨®n combinada de unas y de otras.Al parecer, en 1995, el Pent¨¢gono, el Departamento de Estado y la CIA llevaron a cabo una simulaci¨®n de guerra. Llegaron a la conclusi¨®n de que el escenario final se les escapar¨ªa de las manos. Sadam Husein usar¨ªa armas qu¨ªmicas en el Golfo y en ataques terroristas en ciudades de Estados Unidos, que habr¨ªa de recurrir a lo nuclear en Irak.
Ante la posibilidad de un panorama tan dantesco ?por qu¨¦ hacer la guerra? Si el ¨²nico prop¨®sito norteamericano es evitar que Sadam use la parafernalia qu¨ªmico-bacteriol¨®gica de que supuestamente dispone, la estrategia l¨®gica no es la guerra. Si uno no sabe c¨®mo va a terminar -o sabe que va a terminar nuclearmente, esto es matando a numerosos civiles y probablemente no s¨®lo en Irak-, lo mejor es no iniciar la guerra, so pena de pasar a la historia como belicista y, adem¨¢s, superfluo. No empezar la guerra -o al menos no hacerlo todav¨ªa- es lo l¨®gico. Sadam lleva siete a?os sin usar las armas y mucho tiempo sin ni siquiera amenazar con ellas. El concepto disuasi¨®n es clave en esta historia. Durante casi medio siglo de guerra fr¨ªa Washington tuvo en jaque a Mosc¨² (que dispon¨ªa de much¨ªsimos m¨¢s cohetes que Bagdad) sin que utilizara ni uno solo de ellos. Esto es, lo disuadi¨®. Las posibles represalias echaban para atr¨¢s. Lo mismo puede hacerse con Bagdad. La convicci¨®n de que uno puede ser borrado del mapa es m¨¢s que suficiente.
?O acaso tiene Washington otros prop¨®sitos no declarados? Dado que escribo desde Jordania, pa¨ªs lim¨ªtrofe con Irak, les contar¨¦ lo que se piensa aqu¨ª y, por extensi¨®n, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes. De entrada, pr¨¢cticamente todo el mundo piensa que a Washington le trae sin cuidado el cumplimiento de la legalidad internacional. O cuando menos denuncian el doble rasero que aplica: ?por qu¨¦ hay que forzar a Irak a cumplir a toda costa y no a Israel? ?Por qu¨¦ acordarse de Irak y no de Palestina? Muchos piensan que Estados Unidos desea controlar el petr¨®leo de Irak, que alberga las mayores reservas despu¨¦s de Arabia Saud¨ª. Una gran parte estima que el objetivo principal es consolidar la ya iniciada partici¨®n del pa¨ªs del Trigris y del ?ufrates, primero, y el debilitamiento definitivo del mundo ¨¢rabe despu¨¦s. Machacar a Irak de tal manera que en el futuro ning¨²n otro Estado del ¨¢rea se atreva a insubordinarse contra el orden norteamericano. Todos, en fin, est¨¢n hartos de la permanente, marcada, tendencia de Washington de ser el polic¨ªa del mundo.
A pocos en esta parte del mundo (tampoco a muchos israel¨ªes) les resulta reconfortante el tono apocal¨ªptico de algunos dirigentes norteamericanos a la hora de encarar el problema iraqu¨ª. Jordanos e israel¨ªes -que viven a escasos kil¨®metros los unos de los otros- saben que existe la posibilidad de que el apocalipsis encuentre durante unas horas, o minutos, respuesta qu¨ªmico-bacteriol¨®gica por parte de Sadam. Alg¨²n pol¨ªtico espa?ol ha declarado que hay que velar por la seguridad internacional, pero ¨¦sta no es un ente abstracto sino la de las personas concretas que viven en la zona. En fin, como sostiene Rami Khoury, un intelectual palestino-norteamericano de prestigio, la profunda divergencia de las concepciones occidental, ¨¢rabe e israel¨ª sobre Irak es una tragedia colectiva para todos. La pol¨ªtica exterior norteamericana incita a Israel a ignorar la voluntad de la comunidad internacional y anima a los ¨¢rabes a expresar simpat¨ªa e incluso apoyo activo al autoritarismo iraqu¨ª, modelo zafio y violento del moderno Estado polic¨ªa.
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