Las aventuras de un pirata sexual llamado Errol Flynn, en un reportaje de Canal +

Errol Flynn era alto, guapo y de mirada embaucadora, pero tambi¨¦n un escritor frustrado, bebedor compulsivo y un pirata sexual tan lanzado como en sus pel¨ªculas. As¨ª retrata al mito de Hollywood el atractivo y bien documentado reportaje producido en 1996 por la cadena brit¨¢nica Channel 4 que hoy estrena Canal + (a las 16.09). Con im¨¢genes de la ¨¦poca, las confesiones del propio actor en su libro de memorias y declaraciones de compa?eros de rodaje, de bi¨®grafos, algunas de sus amantes y hasta de un psic¨®logo, Las aventuras de Errol Flynn desentra?a, en plan cotilleo de altura y con buen ritmo, los aspectos m¨¢s oscuros del artista.Nacido en 1909 en Tasmania (Australia), pronto comenz¨® con sus diabluras. Emigr¨® a Inglaterra, dejando atr¨¢s un vecino liquidado, seg¨²n Flynn, en leg¨ªtima defensa. Aventuras teatrales y de faldas adornan su estreno profesional en el mundo art¨ªstico, y vuela, con impulso juvenil, a un Hollywood donde puede explayarse a gusto: "Si algo sab¨ªa hacer yo era vivir", escribe en su autobiografia. Y su enorme apetito por la vida incluy¨® comerse el mundo del cine y las jovencitas que pululaban por los estudios, cimentando una reputaci¨®n de gran amante y de tener un extraordinario tama?o de pene (aunque seg¨²n su segunda mujer no era para tanto).

Flynn intent¨® prolongar en la vida real sus haza?as peliculeras. Estuvo en Espa?a oliendo disparos en la guerra civil, acompa?ado de un austriaco por el que sent¨ªa fascinaci¨®n y que result¨® ser un esp¨ªa nazi; algo que el FBI no pudo probar de un sospechoso Flynn (otras sospechas inclu¨ªan robo de joyas y de dinero ajeno). En 1942 fue arrestado por tener relaciones sexuales con dos chicas menores de edad. Despu¨¦s del juicio, su imagen qued¨® un tanto maltrecha, pero ¨¦l sigui¨® haciendo de gal¨¢n en la pantalla y rod¨® pel¨ªculas rom¨¢nticas. En 1947, como no pod¨ªa ser menos, encarn¨® al conquistador Don Juan en las aventuras adaptadas por Hollywood.

A finales de los a?os cincuenta, sus problemas econ¨®micos los enjug¨® navegando en su velero y empap¨¢ndose de alcohol. Beverly Aadland, que a sus 17 a?os descubri¨® el cad¨¢ver de su amante, fue el ¨²ltimo puerto del pirata Flynn.