El Aviocar estrellado trat¨® de escapar de un 'bucle' de aire

Fueron unos segundos tr¨¢gicos. El piloto del Aviocar C-212 del Servicio de B¨²squeda y Salvamento estrellado el 5 de febrero en la Sierra de Guadarrama quiso escapar del torbellino de aire en el que estaba aprisionado ganando altura aceleradamente. As¨ª lo revelan las ¨²ltimas investigaciones emprendidas por el Ej¨¦rcito del Aire para aclarar la muerte de cinco militares en el cerro de la Marotera, en Pinilla del Valle.

La reconstrucci¨®n, coincidente con la primera hip¨®tesis barajada por el Ministerio de Defensa, muestra que el avi¨®n efectuaba una maniobra de entrenamiento (b¨²squeda de contorno), que consist¨ªa en barrer a baja altura las laderas del monte en simulaci¨®n de un rastreo. Esta maniobra, la ¨²ltima que iba a desarrollar el avi¨®n aquel d¨ªa, no es considerada excesivamente peligrosa por los expertos si se dan buenas condiciones meteorol¨®gicas. Un factor que aquella ma?ana, soleada y sin viento, parec¨ªa cumplirse. Pero la "fatalidad", en palabras de los expertos de Defensa, jug¨® en contra. Una inesperada racha de aire provoc¨® en la ladera uno de los efectos m¨¢s temidos por los aviadores: la onda de monta?a, una especie de bucle que arrastra consigo a todo que encuentra a su paso y lo empuja hacia tierra. El avi¨®n, que volaba a menos de 100 metros de altura, se vio entonces atrapado por la corriente.

Efecto de succi¨®n

El piloto, con 2.000 horas de vuelo, intent¨® la ¨²nica maniobra posible: salir del bucle y evitar su efecto de succi¨®n. Remont¨® el vuelo aceleradamente. Pero los dos motores de 900 caballos del Aviocar C-212 no fueron suficientes. El aparato perdi¨® sustentaci¨®n y cay¨® dando dos vueltas en espiral. Poco antes de estrellarse, sin embargo, el piloto volvi¨® a controlar moment¨¢neamente el aparato y consigui¨® enderezarlo 45 grados. No bast¨® para evitar el accidente.Una de las principales bazas de los investigadores ha sido la declaraci¨®n de un obrero que vio el accidente. Este testigo, que describi¨® lo visto como "una pirueta y dos vueltas de tornillo", no hizo sino describir el intento del piloto por escapar de la onda. Los restos del aparato, que se encuentran en la base de Cuatro Vientos, van a ser estuadiados para averiguar si pudo intervenir alg¨²n tipo de fallo mec¨¢nico en el accidente. El informe definitivo estar¨¢ en cuatro meses.