Tenderos en extinci¨®n

Los 650 vecinos de Batres no volver¨¢n a comer pan caliente en mucho tiempo. La ¨²ltima tienda de este municipio, el ultramarinos de Carmen Garc¨ªa donde se venden las ¨²nicas barras de pan del pueblo, est¨¢ a punto de cerrar. La propietaria ha decidido jubilarse porque el vecindario hace tiempo que dej¨® de comprarle. Los vecinos se resisten a adquirir sus productos, no porque, tengan unos precios elevados, sino porque prefieren coger el coche y hacer las compras los fines de semana en los pueblos pr¨®ximos, donde hay m¨¢s tiendas y supermercados.

La paciencia de Garc¨ªa se colm¨® hace unos d¨ªas cuando el alcalde, Fernando Aizcorbe, independiente, decidi¨® comprar los 80 kilos de jam¨®n y las 150 barras de pan necesarias para las fiestas del pueblo en el cercano municipio de El ?lamo. Garc¨ªa se lamenta: "No tienen verg¨¹enza. La ¨²nica tienda que hay en el pueblo, y ni en fiestas me compran". Aizcorbe reconoce que la compra en El ?lamo "fue un error". "Pens¨¢bamos que Carmen no era capaz de vendernos tanta cantidad. No nos dimos cuenta de que le caus¨¢bamos un perjuicio. Como estamos acostumbrados a comprarlo todo fuera..." Aizcorbe reconoce que con el cierre de los ultramarinos de Garc¨ªa se va a producir "un buen problema".

La tendera, que lleva 16 a?os al frente del negocio, se jubilar¨¢ el mes que viene. "Estoy aguantando hasta que me jubile, porque tengo que pagar la seguridad social. Si cierro tendr¨ªa que pagar todas las cuotas de mis ahorros. Mis hijos no se quieren quedar con la tienda porque no da ni para comer. Yo no puedo poner los precios de los supermercados de El ?lamo, porque venden mucho, y reducen los m¨¢rgenes".

Alfonso Riego, coordinador de IU en Batres, y propietario de una tienda que tuvo que cerrar hace cinco a?os, afirma que el Ayuntamiento no apoya al peque?o comercio. "Hay un completo abandono del pueblo, que lleva a situaciones tan kafkianas como el cierre de las tiendas. El Ayuntamiento, encima, permite los domingos un mercadillo de gente de fuera en la plaza. El ¨²nico d¨ªa que Garc¨ªa puede vender algo, le plantan en la puerta los ambulantes. Hasta hace poco, hab¨ªa otro comercio, pero tambi¨¦n cerr¨® por falta de clientes".

Francisco del Carmen, el conductor del autob¨²s del Consorcio de Transportes que une Batres con Madrid, cree que el problema de este pueblo es que "todos tienen coche y nadie quiere comprar aqu¨ª". "Mire qu¨¦ autob¨²s m¨¢s moderno conduzco y, en cambio, nadie lo coge para ir a Madrid. A las cinco y media de la ma?ana no llevo ni un solo pasajero; a las siete y media, uno; y a las once y media, el ¨²ltimo".