La imaginaci¨®n topa con la fortuna
Trabajado empate del Oviedo en Anoeta
Hay partidos que son huesos que se atragantan en la garganta del f¨²tbol. El Oviedo los alimenta con una fe inquebrantable: los debilita, los ensucia un poco y los somete a un ejercicio de resistencia con un estilo de juego que retrotrae en algunos aspectos al cuaternario futbol¨ªstico. A la Real Sociedad le cost¨® 45 minutos resolver el crucigrama. Luego convirti¨® el partido en una carrera de velocidad que encogi¨® el ¨¢nimo oventense y lo redujo a una defensa numantina de su parcela. El gol se anunciaba en la conciencia del encuentro y lleg¨® a las terceras de cambio en desagravio a la imaginaci¨®n desplegada por la Real Sociedad en treinta minutos esplendorosos. Pero el f¨²tbol tambi¨¦n tiene un punto carnavalesco y burl¨®n y disfraz¨® al Oviedo de ¨¦xito en un momento de fortuna.A la primera combinaci¨®n el equipo ovetense hall¨® un gol espl¨¦ndido de Dely Vald¨¦s en una inteligente jugada previa de Berto. Con un gol en el talego, un equipo previsto para la contenci¨®n defensiva y la anarqu¨ªa ofensiva parec¨ªa predispuesto para una tarde feliz. Sin embargo, Craioveanu sali¨® de su autoexilio y se invent¨® una jugada que combinaba a la vez su calidad individual y el miedo de los defensores a provocar el penalti. El empate reiventaba el partido.
Tras un largo descanso, la Real borr¨® del campo a su oponente. El gol sonaba en el ambiente con insistencia. Lejos de apurarse en el empe?o, Ia Real Sociedad se manej¨® con criterio, manejando las alternativas de su repertorio en ambos costados, por el centro, a la b¨²squeda de un gol que reconviniera el talante del partido y le otorgara la posibilidad de jugar a su manera. El gol lleg¨® en un saque de esquina.
La Real no detuvo el reloj tras el gol de Kovacevic. Lejos de especular mantuvo su presi¨®n en busca de una tranquilidad que se anunciaba suficiente con la ventaja obtenida. Krauss prescindi¨® de K¨¹hbauer y dio entrada al pol¨¦mico Imaz. El equipo pedi¨® empuje. El Oviedo rezaba.
Su apelaci¨®n a la fortuna fue atendida. Un disparo de Iglesias rebot¨® en G¨®mez y se fue a la red. La Real sorb¨ªa el sinsabor del resultadismo de su oponente.
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